Más resultados
Por Carlos del Frade
(APe).- La guerra contra los pibes continúa.
No hay consideración alguna contra el enemigo.
No hay cuidados especiales para sus heridos.
Después vendrán las justificaciones ante los grandes medios de comunicación que deben hacer creer que no existe la guerra contra los pibes.
Uno de los territorios más bombardeados por el hambre inventado es la provincia del Chaco, cuya naturaleza original era una monumental demostración de vitalidad.
Siglos atrás, sus pueblos convivían en armonía con la tierra, el agua, la flora y la fauna. Cada nacimiento era un regalo y no había palabras con las que nombrar a la pobreza o la riqueza.
Hasta que el capitalismo se hizo entender.
Saqueo de recursos naturales y explotación de recursos humanos, hasta la extinción de ambos.
Cuando las mayorías de empobrecidos se tornaron molestas por su potencial indignación y necesidad de cambios, comenzó la guerra contra los pibes.
Y más allá que las grandes cadenas nacionales de televisión suelen saldar su cuota de complicidad con informes sobre lo que ocurre en la provincia del Chaco, la idea es naturalizar la ausencia de toda moral en la evolución del exterminio.
Lucas González se llamaba un chico del puebl wichí. Lo llevaron desde El Sauzalito hasta el Hospital General Güemes, en Castelli, una de las ciudades más importantes del Chaco. Murió durante el viaje.
-El chico no murió por el problema de salud, si bien era grave, murió por la asfixia que le produjo la tierra que entraba en la camioneta que lo trasladaba -sostuvo Mercedes Sánchez, integrante del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados.
Lucas tenía meningitis y no hay mayores explicaciones sobre el traslado bajo una temperatura de cuarenta grados.
-La madre y los demás familiares se dieron cuenta cuando llegó la ambulancia al hospital que el chico ya había fallecido; en ese momento, el chofer de la ambulancia lloraba y decía este chico se murió de tanta tierra que tragó... Hay mucha discriminación en el hospital, ellos dicen que los criollos no les entienden lo que dicen. Por ahí no hay medicamentos, por ahí no hay médicos. Hay muchos chicos desnutridos, deshidratados, con fiebre, que necesitan una atención urgente... Hasta que buscan un médico y lo traen, pasa mucho -agregó Sánchez que, por otra parte, presentó una denuncia ante la fiscalía de investigación número dos por la muerte de Lucas.
Así es la guerra contra los pibes.
No hay reparos de ningún tipo: Lucas murió porque lo tiraron en una camioneta bajo un sol arrasador que levantaba la temperatura hasta los cuarenta grados y tragó tierra hasta que se asfixió.
¿Qué harán los integrantes de la fiscalía número dos?
¿Iniciarán el necesario juicio por genocidio que merecen los que hace tiempo llevan adelante la guerra contra los pibes en la provincia del Chaco?
Mientras tanto, en los luminosos pasillos de multinacionales, bolsas de comercio y edificios de élite, los verdaderos impulsores de la guerra contra los pibes siguen celebrando su impunidad.
Fuente: Chaco Online, 17/2/09
Edición: 1449
Suscribite al boletín semanal de la Agencia.
Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte