Los consejos de los organismos internacionales

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Por Carlos del Frade

(APE).- Algunos organismos internacionales velan por la suerte de los habitantes de estos arrabales del mundo. Enseñan y no paran de enseñar cómo se debe hacer para que los pibes dejen de pensar. Ellos, algunos organismos internacionales, dicen que la cuestión educativa, como el resto de las construcciones humanas, son para pocos.

 

Pero al mismo tiempo son conscientes que deben decirlo y hacerlo de manera que no se note semejante posición a favor de las minorías.

Uno de esos organismos tiene como sigla: OCDE.

De esos muchachos hablan estas líneas.

La Organización para el Comercio y Desarrollo Europeo tiene una página en Internet en la que se puede consultar su receta para la aplicación de la globalización en distintas naciones del planeta.

Se llama “Factibilidad política de ajustes económicos”, destinados a “gobiernos y encargados de los programas de ajustes del Fondo Monetario Internacional”. El documento fue escrito por Christian Morrison en 1996 y sigue como uno de los sitios más visitados desde diferentes lugares del mundo.

Dice allí con absoluta impunidad: “Las políticas de ajuste pueden provocar problemas sociales e incluso poner en peligro la estabilidad de un país. Los costos políticos, que se miden en cantidad de huelgas, manifestaciones o revueltas populares, cambian según las medidas aplicadas. Este informe permite precisar las características de ajuste óptimo que minimice los riesgos políticos”.

El objetivo es “minimizar los riesgos de revueltas populares”.

Para los integrantes del organismo internacional “un programa de ajuste que toque por igual a todos los grupos sociales será más difícil de aplicar que un plan de ajuste discriminatorio, lo que haría recaer el esfuerzo sobre un sector y no afectaría a otros, quienes apoyarían al gobierno”.

El documento avanza sobre la cuestión educativa: “Las huelgas docentes no son en si mismas un problema para los gobiernos, pero son indirectamente peligrosas porque dejan tiempo para que los jóvenes se manifiesten”, sostiene la OCDE apuntando el “peligro” que implica la politización de los jóvenes.

Los gobiernos “pueden explicar a la población que si el Fondo Monetario impone una baja de 20 por ciento en los salarios, es preferible esto antes que tener que despedir gente”, criterio que, de hecho, se viene aplicando en áreas estatales y privadas en la Argentina desde hace años.

Pero dice algo más aquel documento de la OCDE: “Se pueden reducir los fondos a las escuelas o a las universidades, pero sería peligroso limitar la cantidad de estudiantes. Las familias reaccionan con violencia si su hijo no puede ir más a la escuela, pero no a una baja gradual de la calidad de la educación. Esto se hace de a poco, por ejemplo en una de las escuelas de un barrio pero no en todas, para evitar un descontento general de la población”, sostiene el documento en una impúdica exhibición de cinismo a la hora de reducir la educación a su mínima expresión.

Se “pueden reducir los fondos a las escuelas” pero “esto se hace de a poco”, enseñaba la OCDE en 1996.

Algo de esto sucede en Comodoro Rivadavia, casi una década después.

En la Escuela 160 “la mitad de los chicos no pudo concurrir por falta de elementos esenciales para estudiar, según detalló su directora, porque se trata de padres incluidos en planes de trabajo”, sostuvo la crónica aparecida en un diario de la provincia de Chubut en relación al inicio de clases en marzo de 2005.

Agregaba que los padres incluidos en planes Trabajar “no recibieron los útiles escolares, según puntualizó la directora del establecimiento”. La nota también mencionaba que “además de los problemas indicados, pudo saberse que tampoco ha sido notificada aún, oficialmente sobre la puesta en marcha del programa de fortalecimiento para escuelas vulnerables”.

No son olvidos ni demoras, se trata de la aplicación de la receta de la OCDE.

Reducir los fondos a las escuelas pero de a poco.

Para que se inocule la resignación y se propague como virus letal.

Sin embargo los chicos y los padres, los maestros y las almas sensibles de Comodoro Rivadavia lo resistirán y los lápices, inventados durante los primeros fuegos de la revolución francesa, volverán a estar en las manitos de los pibes dibujando y multiplicando esperanzas por más organismos internacionales que mocionen lo contrario.

Fuente de datos: Diario Crónica - Chubut 08-03-05


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