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De los heridos de bala en Rosario no se habla en la campaña presidencial, pero seguramente seguirán aumentando porque el libre mercado vuelve a ser la bandera preferida del saqueado pueblo argentino. La facilidad con que se consiguen armas y municiones explica la democratización de la muerte joven.
Por Carlos del Frade
(APe).- Después de los más de siete millones de votos para Javier Milei, los negocios del mercado avanzan quizás por “la libertad avanza”, como reza el nombre de la fuerza política a la que representa el candidato a presidente de la Argentina más votado el pasado 13 de agosto de 2023.
Habrá que repasar el viaje histórico de los cuarenta años de democracia ininterrumpida en Argentina que van de Raúl Alfosín al ex arquero de las divisiones inferiores de Chacarita Juniors.
Pero los negocios no paran porque es fundamental que el flujo de dinero no se detenga, así sea un comercio legal o uno ilegal.
El capitalismo es así y parece cada vez más avasallante en estos saqueados arrabales del mundo como es América del Sur.
Los precios aumentan más por la necesidad de mantener la tasa de ganancia de un grupo de menos de cuarenta empresas que por la supuesta consecuencia de la devaluación ordenada por el Fondo Monetario Internacional y ejecutada por la administración de la semicolonia.
En medio de un panorama atravesado por tensiones muy fuertes en la vida cotidiana de las grandes mayorías, el almanaque señala que es el mes de las infancias en el país que alguna vez creyó que los únicos privilegiados eran los niños, que las únicas privilegiadas eran las niñas.
El verdadero privilegio, en realidad, es el del saqueo y del mercado, del nuevamente glorificado libre mercado.
En semejante escenario del presente, las cifras de la violencia en Rosario, la ex ciudad obrera, portuaria, ferroviaria e industrial, tienen la contundencia de la demostración de la impunidad de las transacciones ilegales.
“En lo que va de 2023, hubo en Rosario más de dos heridos por arma de fuego por día. La cifra se desprende del último informe del Observatorio de Seguridad Pública de la provincia, que especifica que hasta julio inclusive hubo 430 casos, mientras que en el departamento la cifra escala a 524. Si bien hubo una notable disminución en relación a los números de los dos primeros meses, se mantiene la misma tendencia que en 2022.
El registro de heridos por arma de fuego en Rosario es un indicador que complementa las cifras de homicidios, acaso los números más fuertes en los análisis estadísticos de la seguridad pública. En ese sentido, a los 173 homicidios ocurridos en el departamento Rosario en lo que va del año se le suman los 524 hechos violentos que terminaron con personas heridas a balazos. De ese número de heridos, más del 82 por ciento corresponde a ciudadanos rosarinos”, sostuvieron los medios de comunicación de la región apenas iniciada la segunda quincena de agosto de 2023.
En cuanto a otras características de estas cifras, el informe destaca que “tres de cada cuatro víctimas son varones, pero que a su vez el registro de mujeres heridas muestra un crecimiento sostenido desde 2019, con un leve descenso en 2021 para volver a subir en 2022".
Acerca de las edades de las víctimas, se concluyó que "el 57,1 % tenía menos de 30 años. Así, se mantiene la tendencia de los tres años anteriores donde más del 60 % de los heridos eran jóvenes hasta esa edad. En cuanto a menores de 15 años en lo que va de 2023 el OSP registró 27 casos de heridos por arma de fuego”, apuntan los informes.
Para el negocio paraestatal y multinacional de las armas y las municiones, las elecciones presidenciales y las devaluaciones ordenadas por el FMI no alteran su continuidad.
Cada vez más personas heridas de bala en Rosario no determinan una señal maligna, sino la impunidad de los negocios mafiosos.
De esos que no se hablan en la campaña presidencial pero que seguramente seguirán aumentando porque el libre mercado vuelve a ser la bandera preferida del saqueado pueblo argentino.
La facilidad con que se consiguen armas y municiones explica la democratización de la muerte joven en algunos barrios de la ex ciudad obrera.
Porque más allá del voto a Milei, el precio del dólar y la dependencia del FMI, el contrabando de armas y municiones no para de robar vidas que, desde hace rato, tienen mutilada la esperanza, el sentido del futuro.
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