La primavera y los pibes son de todos

(APe).- “La Primavera será para cualquiera y pobre del que quiera robarnos la ilusión” decía aquel cantito que los “Chicos del Pueblo” enarbolaban en su recorrido desde Misiones a Buenos Aires, con una consigna que atravesaba no sólo las geografías provincianas, sino también las conciencias de muchos: “El Hambre es un Crimen; Ni un Pibe Menos”.

Aquella fuerza testimonial puesta en diversas marchas y actos, ha sido la misma que en el trabajo cotidiano en cada territorio, ha dado vida a Hogares, Casas del Niño, Centros de Día, Comedores y tantísimas respuestas nacidas de corazones cargados de utopías, compañeros y compañeras capaces de abrazar infancia, para generar desde allí una nueva sociabilidad humana.

Es así como en Gerli, ciudad centenaria de la barriada de Avellaneda, al sur de la Capital Federal, existe la Fundación Alandar, una comunidad con una rica historia antecedente, pero también con mucho para contar en su actualidad. Allí está el Hogar Juan XXIII, esto es, una “Casa” en la que los adultos educadores comparten la vida con los Pibes. Y esa Casa abre diariamente sus puertas aún más, para que las familias del barrio acerquen a sus hijos pequeños a “La Casita Huilén”, un Centro de Día hecho a pulmón y esperanza, con la clara convicción de que infancia es destino.

Es en esta Casita Huilén, cuyo nombre significa “Primavera” en mapuche, donde el domingo 21 de septiembre fue día especial de fiesta porque la llegada de la nueva estación del año así lo pide. Juegos, murgas, música y magia, se dieron a lo largo de una jornada en la que los rostros de los pibes y pibas iluminaron tanto o más que el sol.

En ese hermoso lugar donde varios pibes viven, y muchos otros concurren, además hay una huerta orgánica y una granja con conejos, gallinas, patos, ovejas, cabritos y hasta un par de llamas. Sí, en pleno Conurbano. Porque en el contacto con la tierra y la naturaleza se aprende a vivir distinto y se produce la materia prima que luego se vuelve alimento en la gran cocina y fábrica de pastas que tiene también Alandar.

Después de la hermosa fiesta compartida el fin de semana, sólo resta decir que es sólo el comienzo de otras tantas actividades que se irán dando a lo largo del año, porque el sentido de pertenencia comunitaria tiene que crecer, y porque se tiene que hacer piel aquello de que la Primavera y los Pibes son de todos.