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Por Sandra Russo
(APE).- Rosa Oscari llevaba su buena cantidad de años a cuestas mientras volvía despacio a su casa de la calle San Miguel, en Tucumán. Eran las cinco de la tarde. El sol todavía apuntaba de lleno sobre la vereda del barrio tranquilo. Apenas entró, los músculos de Rosa Oscari se tensaron. Sus ojos percibieron el movimiento fugaz de una silueta. Sin pensarlo, la mujer volvió sobre sus pasos, sigilosa, y después echó a andar hacia la Comisaría Sexta para hacer la denuncia. Hasta ahí, una escena ordinaria y extraordinaria al mismo tiempo.
Ordinaria porque en ella caben todos los lugares del mundo: así no se puede seguir, roban a plena luz del día, nadie está seguro, en fin, ese rosario. Extraordinaria porque una jubilada había logrado por sus propios medios y sin mayor esfuerzo detectar el hecho, no sufrir daño alguno y hacer la denuncia que les permitió poco después a los policías encontrar in fraganti al ladrón.
Pero hubo algo más. Los efectivos de la Comisaría Sexta tomaron nota de la denuncia y decidieron acompañar a Rosa Oscari a la casa de la calle San Miguel. Abrieron la puerta y efectivamente allí encontraron al intruso, que no opuso resistencia ante las fuerzas policiales pero probablemente tampoco hubiese opuesto resistencia ante la sola presencia de la dueña de casa. El ladrón tenía 12 años y al verse rodeado, se sentó en un rincón y se puso a llorar.
El chico se llama Jesús. Había llevado con él una bolsa para cargar el botín, que según comprobaron los agentes policiales consistía, al momento de ser el robo desbaratado, en algunos adornos vistosos y sin valor. Jesús estaba robándose cosas que le gustaban. Fue detenido.
El juzgado de Feria dispuso la derivación del chico al Instituto General Manuel Belgrano, argumentando “falta de contención familiar”. En la jurisdicción de la Comisaría Sexta, refiere la información que está funcionando un programa de Integración Policial con la Comunidad. El efecto buscado es la colaboración entre vecinos y policías para esclarecer y prevenir hechos delictivos. Esa misma información no refiere, en cambio, si existe en Tucumán algún otro programa comunal que integre a los niños y niñas con problemas familiares al universo de las figuritas, de las pelotas, de las muñecas, de las canciones, de los rastis, de los dibujos, de los bailes, de las mostacillas, de las sogas, de las rayuelas, de los autitos, de los crayones, de las caricias, de los baños tibios, de las tortas de dulce de leche o de los cumpleaños felices. ¿Cómo será el cumpleaños número trece de Jesús?
Fuente de datos: Diario El Siglo Web - Tucumán 26-01-05
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