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(APe).- "Cualquiera de ustedes puede viajar a Haití y llevarse un niño a su casa. Lo único que necesita es prometerle a una familia empobrecida que su hijo asistirá a la Escuela. No tiene que aceptarle como miembro de la familia, ni aprender su nombre, ni enviarle a la escuela, ni asegurarle atención de salud, ni comprarle ropa, ni ser cariñoso, ni tratarle como a un ser humano". Quien escribe esto- Jean Robert Cadet- fue niño esclavo.
La hipocresía de los que vivimos bien acusa a las familias expoliadas y saqueadas para mantener nuestras formas de vida de canallas. Otras simplemente se beneficiarán descaradamente de ello. En las calles de Port-au-Prince existen más de 300.000 niños harapientos dispuestos a ser sus esclavos. "A primera vista, nadie diría que no he tenido una infancia. Me la robaron con la complicidad de la complicidad de la esclavitud doméstica institucionalizada en Haití. Y como nunca podré recuperarla, sentiré su ausencia el resto de mi vida". Cuando los haitianos salgan a celebrar en el 2004 el segundo centenario de su "independencia", todos saldrán a la calle menos estos niños esclavos.
Fuente de Datos: Adital
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