Gracia y desgracia de la clase media

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Por Sandra Russo

(APE).- 1975, 1982, 1989, 1995, 2001. Cinco marcas, cinco latigazos que tatuaron con la desgracia a la clase media argentina. Y claro que puede hablarse de desgracia, cuando en este país la alquimia que en las primeras décadas del siglo pasado entronizó como partidos dominantes al peronismo y al radicalismo tuvo que ver con una gracia que convirtió a la Argentina en el rincón de América Latina en el que floreció con más fuerza ese gran matiz social que son las clases medias. América Latina estuvo condenada desde la creación de cada uno de sus países partes al monstruo bicéfalo de los ricos y los pobres.

En ese ajedrez del blanco y negro, no hay nada que esperar: se nace rico o se nace pobre. El abismo entre unos y otros es tan hondo, que los gestos individuales o colectivos nunca sirven. La gracia argentina era ese tono intermedio que significaba tanto: básicamente, la clase media, además de contener a sus miembros con dignidad, era aspiracional para quien nacía pobre. La clase media era una ruta.

1975, el Rodrigazo. 1982, la tablita de Martínez de Hoz. 1989, la hiperinflación. 1995, el efecto Tequila. 2001, el estallido de la convertibilidad. Esos hitos, uno por uno, fueron devastando a los sectores medios. Actualmente, más de la mitad de los pobres argentinos (casi nueve millones y medio de personas) viene rodando al piso de tierra desde patios sombreados donde antes una buena noticia se festejaba con un buen asado, donde el hijo que terminaba el secundario era un orgullo, donde al enfermo nunca le faltaba el médico. Viene rodando cuesta abajo, la clase media, cayendo sobre el colchón de la nueva pobreza, inaugurando una subjetividad de nuevo pobre: ese pensarse a sí mismo nuevo pobre incluye un nuevo tipo de desolación que todavía ni tiene intérpretes.
Los latigazos no son inocentes, sus fechas tampoco. Puede pensarse que la descomunal sangría que azotó al país desde el último golpe de Estado tuvo como trasfondo esta pelea. Se jugaba esta carta estructural cuando se decidió exterminar a una generación. El estrechamiento de las clases medias tuvo su correlato en el aumento brutal de la pobreza, pero también en el aumento brutal de la concentración de la riqueza: desde 1974, el 80% de la población cedió ingresos en beneficio del 20% más rico de la población, que se hizo de un 22% más de la torta común.
A lo largo de todos estos años, desde la década del ´70, hubo gobiernos militares, gobiernos radicales, gobiernos peronistas. Hubo épocas de miedo, épocas de esperanza, épocas de indignación, épocas de rabia y algunos momentos en los que pudo pensarse que hasta había buena fe. Pero la pregunta que dispara este paisaje cohesionado y perversamente coherente durante más de treinta años es quiénes, más allá de esos gobiernos, han estado teniendo el poder.

Fuente de datos: Diario Clarín 31-10-04


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