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Por Silvana Melo
(APe).- Ayer se la supo. 41 años después. Tenía ocho meses en el vientre cuando desapareció dentro de su madre. Es la 129 de los 400 niñas y niños que se llevaron. Dejó la infancia hace tanto, en un patio que le contó una farsa, una historia con disfraz de bruja, con padre y madre que quién sabe, que tal vez la amaron o tal vez no. Pero que le arrancaron la verdad y la raíz. Y la dejaron en el umbral de las cosas. Sin memoria ni certidumbres.
Una hojita en el viento.
Ayer se la supo. Tantos años sin saberse ella misma. Sin querer saberse. Y al final queriendo. A los 40. Con la infancia lejos, tan lejana. Pero chiquitita prendida a la oreja, como una perlita inaugural.
Ayer se la supo. Y ahora está. Nieta 129. Bienvenida a la memoria. A una vida que es ésta, sin disfraz ni sangre mentirosa.
Que es la verdadera.
Bienvenida, gotita de alegría en medio de la desdicha.
Edición: 3850
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