Fuga, efedrina y política (II)

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Por Carlos Del Frade

(APe).- Mientras la fuga de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez amenaza en convertirse en la gran novela mediática de principios de 2016, el rol de empresarios y funcionarios argentinos en el negocio multinacional de la efedrina sigue en segundo plano.
A pesar de esa forma de presentar las noticias, hay voces que expresan esa matriz paraestatal del comercio químico como consecuencia de las decisiones tomadas en América del Norte a partir del año 2005.

Según Marcelo Peretta, secretario general del llamado Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos, remarcó “la impericia del Estado para restringir el ingreso, la fabricación, el consumo y la salida de drogas de nuestro país”.

Agregó que distintos empresarios del rubro “se llenan los bolsillos con dinero sucio” y afirmó que “entre 2004 y 2008 se autorizaron 250 nuevas droguerías que terminaron abasteciendo a narcotraficantes, y aunque en su mayoría no cumplían con las exigencias reglamentarias obtenían la habilitación para importar y vender todo tipo de drogas y precursores, porque habían aportado dinero a campañas políticas”, sostiene la información difundida por la agencia Telam.

“Aunque algunos de estos falsos empresarios están presos, otros siguen llenándose los bolsillos con dinero sucio”, señalaron desde el gremio en un comunicado firmado por Peretta. “La prohibición de ingresar Efedrina que dictó Anmat en 2008 no terminó con el problema. Existen alternativas farmacéuticas como Pseudoefedrina, Adrenalina y Loratadina, incluidas en fórmulas de medicamentos antigripales y antialérgicos, con las que se sigue produciendo éxtasis y otras drogas sintéticas”, dice el documento. En la actualidad hay 18 marcas de remedios que contienen esas drogas y, lo peor, es que esos productos se venden libremente en kioskos, supermercados, gimnasios y páginas web.
Por eso es fundamental entender que el negocio paraestatal del narcotráfrico se nutre de las decisiones políticas y judiciales de diferentes gobiernos. La Argentina ingresa en el comercio internacional de la efedrina a partir de las prohibiciones establecidas en los países de América del Norte como Canadá, Estados Unidos y México.

De acuerdo al ya citado informe del año 2006 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, dependiente de las Naciones Unidas, la evolución del comercio internacional de la efedrina es consecuencia de esas modificaciones legales, judiciales y políticas.

Sostiene el punto 321 de aquel documento que “la Ley de 2005 de mejoramiento y reautorización de la Ley de unión y fortalecimiento de los Estados Unidos mediante los instrumentos adecuados para interceptar y obstruir el terrorismo (USA PATRIOT Improvement and Reauthorization Act), firmada en marzo de 2006, contiene una serie de importantes disposiciones para combatir la fabricación ilícita y el tráfico de metanfetamina. Entre ellas figuran restricciones a la venta de medicamentos que contienen seudoefedrina, efedrina y fenilpropanolamina, el aumento de las penas por fabricación ilícita, tráfico y contrabando de metanfetamina y disposiciones en materia de actividades bilaterales en la frontera entre los Estados Unidos y México”, apuntaba la investigación.

Agregaba que “el Gobierno de México introdujo una política para limitar la importación de seudoefedrina y efedrina exclusivamente a los fabricantes, con lo cual se redujo el 40% la importación de esos precursores. Ya no se permite a los distribuidores mayoristas importar seudoefedrina ni efedrina base. Además, la cantidad que puede importarse en una sola remesa se limitó a 3.000 kilogramos. Las cuotas de importación se fijaron en función de las previsiones de las necesidades nacionales”. Y remarcaba que “en México la corrupción sigue siendo un problema grave. La Agencia Federal de Investigación centraliza y coordina los esfuerzos emprendidos para luchar contra este mal promoviendo el profesionalismo y la eficacia de las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley.

México ha tomado una serie de medidas para reducir, si no eliminar, la corrupción en los organismos encargados de hacer cumplir la ley y demás organismos públicos, entre ellas el establecimiento de perspectivas de carrera para los investigadores y la introducción de la noción de “cultura de la legalidad” como parte de los programas de estudio escolares. Las autoridades nacionales, de los estados y locales han comenzado a capacitar al personal policial en lo relativo al estado de derecho. Periódicamente se investigan casos de posible deshonestidad de funcionarios policiales u otros funcionarios públicos. Si bien la Junta toma nota de esos esfuerzos, vuelve a pedir a las autoridades mexicanas que apliquen decididamente políticas encaminadas a combatir la corrupción”, decía el organismo de Naciones Unidas hacia 2006.

Por aquellas disposiciones legales de Estados Unidos, México y Canadá, el negocio de la efedrina buscó nuevos proveedores en Argentina, tal como había sucedido con la cocaína a principios de los años noventa. En tanto, cientos y cientos de muertos se multiplicaban en México y otros tantos países del continente como consecuencia de esa hipocresía madre: las leyes existen en el papel, en la realidad cotidiana, en cambio, prevalecen los negocios paraestatales. Ayotzinapa es la más contundente demostración de esa falsedad.

Edición: 3078

 


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