Formación ciudadana

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Por Sandra Russo

(APE).- La senadora de la Nación (por Entre Ríos) se llama Laura Martínez Pass de Cresto, pertenece al Partido Justicialista y es esposa del intendente de Concordia, Juan Carlos Cresto. Animada al parecer por la inserción social de los adolescentes que no terminaron la escuela primaria, la senadora presentó un proyecto de Ley dirigido a chicos de entre 15 y 17 años. Los objetivos que dice perseguir ese proyecto son, según sus fundamentos, “proporcionarles capacitación laboral en diversos oficios y formación ciudadana”. Hasta ahí todo bien. Lo estridente, por decirlo de alguna manera, es que a Pass de Cresto se le ocurre que los lugares idóneos para llevar a cabo esa inserción adolescente son... los cuarteles.

 

En su proyecto, la senadora indica que la propuesta ya está siendo llevada a cabo en... Concordia, merced a un convenio celebrado entre el gobierno provincial y el Ejército Argentino. Tan contentos están los Cresto con la iniciativa, que ahora por intermedio de este proyecto se pretende hacerlo extensivo a todo el país. De hecho, ya está en marcha la inscripción de la escuela de tiempo completo que funcionará en... el regimiento 6 de Tanques Blandengues. La metodología contempla la cursada obligatoria por la mañana y por la tarde de capacitación en oficios como carpintería, electricidad, albañilería. Alcanza sólo a varones. Cabe aclarar que el convenio, firmado como prueba de “esfuerzo mancomunado” entre el poder político entrerriano y las fuerzas militares, data del 2002, y si bien la inscripción está abierta, todavía no se puso en marcha nada. No obstante lo cual, el proyecto habla de “resultados” de los que podría gozar todo el país. La implementación no es un detalle: Pass de Cresto prevé que el ministerio de Educación nacional financie las refacciones de los regimientos del ejército para adecuarlos a las condiciones educativas, a cambio de que los militares ofrezcan servicio de comedor a los alumnos inscriptos. Y también prevé la creación, en cada regimiento adherente, de equipos “de asistentes sociales, para efectuar el relevamiento y seguimiento de la situación y evolución social del estudiante y su grupo familiar, erogación que deberá efectuar en Ministerio de Defensa de la Nación”. Como ve, lo que se dice un verdadero enchastre de roles, funciones, responsabilidades, partidas presupuestarias, alentadas por un matrimonio ávido de seguir adelante con el “esfuerzo mancomunado” entre civiles y militares. Lo que queda completamente al margen de cualquier resquicio de sentido común, es que tanto el intendente de Concordia como su esposa crean ver en los regimientos lugares aptos y apropiados para la “formación ciudadana” en una sociedad desmilitarizada. Están todavía frescas y siguen siendo punzantes las palabras del obispo castrense Antonio Basseoto. Frescas porque la pulseada entre Iglesia y Estado no sólo no terminó sino que recién comienza, y punzantes porque la actitud tanto de la Iglesia como de algunos miembros del Ejército pareció plegarse, solidaria, con quien opina que alguien tirado al mar con una piedra al cuello “algo habrá hecho”. La admisión, aunque sea elíptica, solapada, cobarde o tibia, de la tortura, pasada, presente o futura, hace que la “formación ciudadana”, en ese contexto, suene más a humor negro que a manual de instrucción cívica.

Fuente de datos: Diario El Sol - Entre Ríos 28-03-05

 


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