Esos pibes

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Por Alberto Morlachetti

(APE).- Alguien escribió nuestra sociedad y fue generoso con los “mozos arribistas” o revolucionarios otoñales con caras de teóricos neoliberales. Saldos de ocasión que se asumen como novedosos representantes de los pobres, quién sabe si por demasiado malditos o por demasiado sabidos. No hemos tenido un instante de sosiego y ni siquiera nuestros infortunios nos ponen a salvo del delirio de un nuevo y sabroso Puerto Madero o una autopista debajo de la 9 de Julio. Arriba la calidad de vida son unos niños que se disputan “las achuras con los perros” diría Jauretche.

Desde la oposición -en nuestra democracia alucinada- se intenta anclar sin reservas el estado de excepción en el orden jurídico. Blumberg es adorado por la derecha genética con procesión y velas encendidas, como quien dice Auschwitz y contribuye a su gloria calificando a los pequeños mendigos de terroristas urbanos. Mientras en el viento la poesía abre sus faldas como flores y cantan los gorriones “oxidados de nuestra gracia”, no hay limosna porque miles de seres se alimentan del desamparo de esos niños: “nadie paga más caro su pan que los mendigos”.

No hay dioses condescendientes en el país del mal de los ardientes. Los accionistas de los niños descalzos son los mismos que siembran el “paco” en los surcos de nuestras cartografías de miseria que germina en la sangre de los pibes que van a morir -como ángeles transparentes- en la rosa de los basurales persiguiendo la belleza hasta su última guarida.

 


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