EsKizofrenia

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“despenalizan el uso del fondo monetario internacional para consumo personal”

(aforismo implicado)

Después de tres años y medio sin vínculo, el gobierno vuelve a negociar un acuerdo que le permita salir a los mercados
Primeros pasos en el viaje de regreso al Fondo Monetario
Amado Boudou se reunió durante 40 minutos con Nicolás Eyzaguirre, director para Occidente del FMI. El ministro dijo que “aspira a una relación madura con el organismo”. Néstor Kirchner calificó de “excelente” la estrategia.
Boudou. “Argentina tiene una larga historia con el FMI. Desde nuestro punto de vista hay que reinstalar una nueva relación”, dijo.
Tres años y medio después de haberle pagado 9.530 millones de dólares para no seguir más sus recomendaciones ni tolerar sus auditorías, el Gobierno retomó ayer las tratativas con el Fondo Monetario para acceder a un nuevo acuerdo “light” que le facilite volver a pedir prestado dinero en el exterior. El director para el Hemisferio Occidental del ente, Nicolás Eyzaguirre, pasó por Buenos Aires con la excusa de un evento empresarial pero se reunió con el ministro de Economía, Amado Boudou, y con el presidente del Banco Central, Martín Redrado. A ambos les advirtió que no habrá ningún entendimiento si la Casa Rosada impide que el organismo vuelva a supervisar las cuentas públicas, como estipula el artículo cuarto de su estatuto. Boudou aclaró que el país “no tiene necesidad de pedirle nada” al Fondo, pero destacó que la reunión con el virtual número tres del ente fue “muy positiva”. Néstor Kirchner calificó la estrategia como “excelente” y subrayó que “nunca dejamos de ser integrantes del FMI”.
Igual, el ex presidente intentó maquillar el inocultable volantazo: dijo que sólo volverán a negociar “si las condiciones no se modifican” y que el regreso al mercado de capitales se hará “de forma soberana”
(Diario Crítica de la Argentina 27/08/09)

(APe).- “Dr... Lo llamo de la radio FM Es lo que Hay de Venado Ciego”. Respondí sorprendido. ¿No es acaso Venado Tuerto? “Bueno, lo que pasa es que venados eran los de antes. Ahora que todo vuelve a costar un ojo de la cara, el venado sufrió daños colaterales”. Estoy acostumbrado a recibir llamados insólitos. No entiendo bien por qué los atiendo. “Usted es psiquiatra, nooo?” preguntó la periodista, marcado la o como un relato de un gol sobre la hora a Brasil. -Sí, soy psiquiatra... Pero además… -Me interrumpió. “¿Qué piensa de las nuevas relaciones con el Fondoooo? De nuevo esa sensación de gol, aunque me parecía que se trataba de un gol en contra. Bueno -empecé a contestar poniéndome los anteojos, a pesar que no iba a leer y además era por radio, pero si uno supiera siempre por qué hace lo que hace, no habría indecisos en el cuarto oscuro o en el registro civil- hace muchos años, pero no demasiados, se estudiaban los efectos del doble vínculo en la subjetividad. Doble porque incluía dos afirmaciones contradictorias en forma simultanea. El doble vínculo debía ser sostenido por una persona con autoridad sobre otra. “Un ejemplo poooor favooooor? Me sentí tentado de preguntarle por qué estiraba la o. Me contuve. -A ver... (el a ver se impuso de tal modo que lo usé sin pensar en ese momento en el venado ciego) Madre, Padre sobre hijos, habitualmente. Pero también Patrones, Maestros, Prelados, incluso Ex Presidentes -reconozco que fue un anzuelito a ver si había pique. Picó. “Explíquese, doctoooor”. -Con gusto. Bueno, un Presidente en un país presidencialista, o sea, que no ha superado el complejo paterno, onda Edipo muy regresivo, muchos de los honestos contribuyentes, es decir, ciudadanos en retiro efectivo (tuve una risa socarrona ahogada como si fuera el perro patán afónico) que tienen una actitud de sumisión y credibilidad patológica. “¿Y usted piensa que eso afecta la gobernabilidad?”. Tosí para evaluar la densidad de mi respuesta. -No me entiende. Eso es la gobernabilidad- afirmé con la misma rudeza del Dr. House. “Lamento no entender, o entender y no estar de acuerdo, o no entender, ni estar de acuerdo” dijo la periodista con el clásico tono imperativo de “te corto, vas a ver que te corto”. Eso produjo un efecto paradojal, o sea, aceleré aunque sabía que podían descontarme puntos. -La gobernabilidad es reinar con la apariencia de gobernar. Y todos sabemos que para reinar hay que dividir. O sea, separar. ¿Pero qué se hace con esos pedazos separados? Se mantienen cuasi juntos, pero con mensajes contradictorios. En otra época a eso se lo describía como amagar con la izquierda y pegar con la derecha. Ahora, para correrse de la pesada herencia del menemato, se amaga con el centro izquierda y se pega con el centro derecha. La obsesión es no perder el centro, porque de esa forma se puede manotear para cualquier costado en condiciones óptimas. “Le agradezco doctor pero se cansó el venado, lo dejamos para el tricentenario”. El corte fue abrupto. Casi diría que fue un ex abrupto. Sin embargo, yo quedé medianamente contento. Empecé a escribir para no olvidar lo que había dicho. -En este país se aplaudió entrar en el default y se aplaudió salir del default. Se aplaude combatir las políticas de mercado y se aplaude el regreso al mercado de capitales. Se aplaude combatir la cultura del consumo y se aplaude reactivar la economía comprando electrodomésticos. Se aplaude combatir a la renta financiera y se aplaude la expansión de la bancarización de la economía. Se critica a los 90 en capital federal con Macri y se aplaude los 90 en provincia de Buenos Aires con Scioli. Se aplaude la fusión de las empresas de cable y se aplaude el combate a los medios monopólicos de información. Se aplaude la cultura del trabajo pero no se puede aplaudir la personería jurídica de la CTA. Se aplaude la disolución de las afjp pero no se puede aplaudir la disolución de la medicina prepaga. A todos los escandaliza la pobreza pero a nadie escandaliza la riqueza. Cuando se pagó al FMI casi diez mil millones de dólares, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que la deuda era ilícita y daba tranquilidad pagarla. Amado Boudou dice que el país no tiene necesidad de pedirle nada al Fondo, y por lo tanto está 40 minutos hablando con el director para Occidente cuando para no pedirle nada mejor no hablarle. ¿Será la economía vudú? “El regreso al mercado de capitales se hará en forma soberana”, dijo el presidente que no se fue. Y agregó: “nunca nos fuimos del Fondo”. ¿Le habrán avisado a Estela Carlotto? Mas allá de la estrategia económico financiera del Amado Vudú, pienso que estamos ante una catástrofe cultural y política. Algo así como el revival actualizado del “ni yanquis ni marxistas” ahora en clave de “ni Chavez ni Uribe”. Un anti imperialismo Light, como el de la cumbre de Bariloche. Apenas apto para deslizarse montaña abajo con la técnica del “culo patín”. ¿A quién querés más: al Torito De Angeli o a Cristobalito López? ¿Nueva ley de medios de comunicación o veto a la ley de glaciares? El mensaje es tan absurdo y por lo tanto, real, que Cantero dice que no leyó la ley y aparece como disculpa, lo que en realidad es un agravante. ¿Van poco y ni siquiera leen? Al Congreso rogando y con el veto dando. Pero todo es vertiginoso, y además cuasi imposible señalar los efectos del doble vínculo. En ese caso llega el acusador, descalificador y eterno simple vínculo: sos gorila, estás con el campo, traficante, derechoso. La persona que está sometida a un doble vínculo sufre las siguientes reacciones: confusión, impotencia y bronca.
No siempre todas, no siempre en proporciones equivalentes. Cuando los sentenciados y los absueltos por la masacre de cromagnon quedan todos en libertad, las tres reacciones se juntan y los familiares estallan. No creo que se “venga el estallido”, pero se lo teme, sin dudarlo. Desmentir la emisión de cuasi monedas, no es suficiente. Se trata de pensar, más allá de simplificar con que solamente los medios de comunicación construyen subjetividad, porque ciertas etapas aparentemente superadas, retornan una y otra vez. Por ejemplo: se ataca la libertad de empresa, lo que es justo, pero se manipula la pauta oficial de propaganda. Con lo cual la única empresa con libertad es el Estado, que como ya sabemos, no somos todos. ¿A quién querés más: a Jaime o a Magnetto? Si algo necesita la batalla cultural, son armas que disparen para donde está el enemigo. Y no carabinas de Ambrosio a las cuales cada tanto les sale el tiro por la culata. Y mucho menos, cuando eso sucede, decir eskizofrénicamente: “el calafate es mío, mío, mío”.

Edición: 1582


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