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Por Carlos del Frade
(APe).- El barrio de Almagro fue noticia nacional.
Superó sus límites y se alojó en la geografía nacional a partir del copamiento y toma de rehenes -tres mujeres y un hombre- que produjo el Piki, un adolescente de dieciséis años, en una perfumería de la zona.
Los grandes medios de comunicación difundieron que el muchacho tiene veinte causas penales y arreciaron los pedidos para bajar la edad de imputabilidad de los pibes.
En realidad los prontuarios son más precisos: Piki tiene dieciséis años y fue detenido diecinueve veces.
¿Cuántas veces lo ayudaron a Piki en sus dieciséis años?
Piki mantuvo a los rehenes a punta de cuchillo.
¿Alguien le dio una mano para cortar su suerte?
La noticia dice que Piki se entregó después de hablar por teléfono con su mamá.
¿Hubo alguien más que le habló a Piki en todos estos años?
Dicen los medios de comunicación que los pibes del barrio apuntan que el Piki es “muy jetón, siempre quiere figurar, es una ladilla”.
¿Habrá algún registro de todo lo que Piki quiso jetonear a lo largo de su vida?
-No es un pibe jodido ni violento. Los polis de la comisaría octava lo odian y siempre le echan la culpa de todo -dijo otro chico que lo conoce.
¿Quiénes le joderán la vida a los pibes que son como Piki?
“...pidió una pizza y unas gaseosas; cuando se las entregaron, rogó que lo dejaran comer tranquilo y que luego de cenar se iba a entregar. Pero eso no ocurrió. ‘Este barrio está muy peligroso. A mi hija cada dos meses le roban un celular. El pibe parecía el actor cómico Fidel Pintos: se asomaba y ponía su mano cerca de la cintura como agarrando un arma, pero era obvio que no tenía nada’, dijo un vecino que vio el operativo desde la ventana de su cuarto. En la puerta de un Banco Nación la policía armó el centro de operaciones. A las doce y media de la noche llegaron al lugar la madre y el hermano de Piki. Hablaron por celular y pactaron que cada media hora iba a dejar en libertad a un rehén, y así fue”, cuentan las crónicas.
¿Cuánto hacía que Piki no comía una pizza calentita?
Lo llevaron a la comisaría novena y por la mañana fue trasladado al instituto de menores Roca, en Floresta. Después fue indagado por la jueza de menores número 3, la doctora Julia Marano Sanchís.
La carátula de la causa es “robo y privación ilegítima de la libertad”.
¿Quiénes fueron los que le robaron la niñez al Piki y lo privaron de gozar de la libertad?
Durante las horas que duró el asalto frustrado, las grandes radios dejaban oír las condenas de los oyentes que pedían prisión para los pibes como Piki. Que estaban de acuerdo en aplicar la baja en la edad de imputabilidad.
¿Quiénes les roban los tiempos del juego, el estudio y la alegría a los miles de Piki que pueblan las grandes ciudades de la Argentina?
Una voz, sin embargo, dijo algo distinto.
Su madre, en medio de semejante coro de condenas, dijo algo que debería ser tenido en cuenta: “Antes de que la droga lo lastime, él era Juan Manuel, mi hijo adorado. Pero ahora, por la droga mi hijo se convirtió en un engendro. Yo no lo quiero así”, sostuvo la señora.
¿Alguien habrá escuchado a la mamá de Piki?
Fuentes de datos:
Diarios Crítica de la Argentina y Clarín 22-07-09
Edición: 1558
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