El perro del coraje

(APe).- Fue en la tarde del 7 de octubre pasado cuando, en el centro de Rosario, provincia de Santa Fe, Oscar Boglietti -un hombre de 61 años propietario de un “Volkswagen Polo color perla”- como queriendo inscribir su acción en no se sabe qué libro mortal de ejemplos la emprendió contra un par de muchachos de 17 años que intentaron robarle el estéreo. Fue entonces cuando la mano ociosa de algún dios trazó destinos duros para los chicos. Quiso derribarlos con su auto. En el momento en que se precipitó sobre ellos, el aire se volvió pregunta: A qué pozo hay que llegar para saciar la sed de los hombres ungidos por la muerte.

Dicen que el auto estaba estacionado al 2500 de la calle Urquiza y que cuando los pibes, con el estéreo en su poder, “percibieron la presencia del dueño del vehículo, emprendieron la fuga en bicicleta”. Pero Oscar Boglietti, no quiso ver que ellos sólo trataban de escapar de una caída oscura de sus ángeles. Los persiguió hasta alcanzarlos en la esquina de Catamarca y Rodríguez, donde “les tiró el auto encima, provocándole contusiones leves en un tobillo a uno de ellos”. Luego, trató de huir de su propio laberinto, dejándolos allí. Pero fue detenido por la policía y trasladado a la Comisaría 7ª.

Este es un tiempo de violencia circular en el que, mientras las represiones se promueven, la mitad de la sociedad se la pasa mirando el espejo invertido de la realidad en los medios masivos, para negar ese primer acto de violencia que el poder ejerce, excluyendo a la mayoría, a través del saqueo y el abandono. Un día y otro los abaten, los rompen, los trituran. Si los condenados sociales despiertan, el poder produce su segundo acto de violencia, llamando criminales y dándole carácter de crimen a la lucha social.

Es para los pobres que se piden leyes implacables al voleo. La patria está repleta de pibes que del amor, no conocen más que el humo y la ceniza. El sueño de cada chico no deja de ser un aleteo de inocencia. Aunque sea capaz de ser el viejo perro del coraje y asustar a la muerte cuando viene a buscarlo.

Fuente de datos: Diario La Capital - Rosario 08-10-04