El corazón a otra parte

Por Alberto Morlachetti

(APE).- Lo que has traído al mundo equivale a ocho libras de agua y a dos libras de ceniza, escribe Korzak. Cada gota de lo que tú llamas "tu hijo" ha sido también el vapor de una nube, nieve cristalizada, rocío, el arroyo y las aguas residuales del canal de una ciudad. Cada átomo de carbono o de nitrógeno fue en otro tiempo la parte integrante de millones de relaciones distintas. Legado de eternidades.

La piedad humana se neutraliza cuando la maldad se convierte en un espectáculo general dice Vicent. Son los tiempos que marchan descalzos. Del siglo al minuto: suman doce los niños misioneros muertos por su hambre que no pudieron resistir el embate de las enfermedades menores en apenas 30 fríos de julio. Mueren frente a las costas publicitarias del paraíso país.

La información -da cuenta- que en el Hospital de Pediatría Doctor Fernando Barreyro de Posadas la distancia entre vida y muerte es de 60 niños internados con patologías respiratorias y cuerpos de cristal. Los rostros del mal de la pobreza se renuevan todas las mañanas como una corriente criminal que se va abriendo camino entre árboles de escarcha y frutos de mala fama.

Tributo de arrorroes y el dolor que vela el fruto de tu vientre Madre en el silencio de los pesebres. Nos vamos con el corazón a otra parte a dibujar otro país. En un latido existen suficientes pasiones para cabalgar de un modo desenfrenado sobre la esperanza.

Fuentes de datos: Diarios La Capital - Santa Fe 19-07-06 y Territorio Digital - Misiones 19 y 27-07-06