El circo y el gatillo fácil

|

Por Carlos del Frade

(APe).- La Bonaerense lo hizo de nuevo.

La triste costumbre de matar, de repetir hasta más allá del hartazgo la mecánica del gatillo fácil. La repetida función del gatillo fácil.

Y una vez más, un pibe fue la víctima.

 

Dos repeticiones: la Bonaerense que asesina, la muchachada que amontona cadáveres.
Aquí van las señas particulares.

Ariel Bogado tenía veinte años.

Venía sobre su moto Yamaha azul hasta que lo detuvo un patrullero policial de La Bonaerense. Eran alrededor de las once de la mañana.

La geografía apunta que fue en la zona de Quilmes. El muchacho no tenía documentación. Lo subieron al móvil con la intención de trasladarlo a la seccional octava, a unas diez cuadras del lugar.

A los pocos metros de la marcha, uno de los policías disparó contra Ariel.

La munición le entró por el pecho y lo mató.

Después siguió la historia oficial.

Inventar una supuesta resistencia a la autoridad como sostiene el ya gastado ceremonial de las fuerzas de seguridad provinciales.

Palabras que levantan la falsa escenografía de un enfrentamiento que nunca existió. Tal como se hacía durante la noche carnívora iniciada en marzo de 1976.

"A tres cuadras, en Caseros y Pueyrredón, el joven sacó un arma que aparentemente tenía en los genitales y amenazó de muerte al policía que manejaba. Le gritaba: 'Te mato, te mato'. Después rompió la ventanilla del lado derecho y le apuntó al otro", dijo el comisario Jorge Oquendo.

-Hicieron circo para tapar un gatillo fácil... ¿Cómo iba a tener escondida un arma si ya lo habían palpado todo? Hay varios testigos que lo vieron esposado y que ahora no quieren hablar y se fueron. Por eso los policías pusieron testigos falsos que no vieron nada para justificarse -dice un vecino en diálogo con algunos medios de comunicación.
Pero nadie quedó detenido.

La versión oficial, la mentira de La Bonaerense, el repetido circo -como sostuvo aquel vecino- dieron su fruto. No hay policías demorados.

Ariel Bogado fue asesinado por nadie. Nadie le reventó el pecho a poca distancia. El circo ha vuelto a tener éxito. Una nueva función de la impunidad en el principal estado de la república Argentina, la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, los familiares y amigos de Ariel se movilizaron ante la comisaría octava pidiendo justicia.

-Queremos justicia, porque los que mataron al pibe están sueltos. Pusieron testigos falsos que no vieron nada. Queremos que se pongan en el lugar de nosotros, qué pasa si le matan a un chico como hicieron ellos. Queremos justicia porque inventaron los testigos -dijo uno de los tíos del muchacho asesinado.

El fallo de la justicia fue que el policía que disparó lo hizo en legítima defensa.

La función completa del circo montado por La Bonaerense para repetir y repetir el triste sainete del gatillo fácil.

Las víctimas, una vez más, los pibes que desde hace rato no están invitados a la carpa festiva de unos pocos.

Fuentes de datos:
Diario Clarín 13 y 14-09-09 y Quilmes Presente 16-09-09

Edición: 1595


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte