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Por Carlos del Frade
(APe).- “El dueño de un puesto de comidas rápidas ubicado en Mendoza y Circunvalación fue asesinado en los primeros minutos del primero de abril a balazos por dos hombres encapuchados que llegaron hasta ese lugar en moto. La víctima, según fuentes policiales, fue identificada como Gustavo Pérez Castelli, de 55 años, padre de Justina Pérez Castelli, la mujer que fue ultimada junto al empresario Luis Medina a fines de 2013 en el Acceso Sur.
El homicidio de Pérez Castelli, al que se conocía por el apodo de Baba, se produjo poco después de las 0 del viernes primero de abril cuando la víctima se encontraba en su negocio. De acuerdo a las primeras informaciones, dos hombres con sus rostros cubiertos llegaron en moto hasta el lugar, bajaron del rodado y avanzaron directamente hacia Pérez Castelli para efectuarle varios disparos en el rostro y luego cortarle una oreja”, sostuvo la información publicada en los medios de comunicación rosarinos.
Agregaban las noticias que “todos los indicios apuntan a un ajuste de cuentas o venganza. Gustavo Pérez Castelli era el padre de la joven de 23 años que murió acribillada a tiros junto al empresario Luis Medina, con quien mantenía una relación sentimental. El doble asesinato se produjo en la madrugada del 29 de diciembre de 2013 en el Acceso Sur y Ayolas”, recordaban los diarios.
Detrás de estos datos policiales, hay varias historias circulando por estos nombres.
Son las vueltas de la vida y la muerte. A horas de cumplirse los 34 años del desembarco argentino en las islas Malvinas, herramienta política elegida por la dictadura para perpetuarse en el poder, la noticia del asesinato del “Baba” parecía conectarse con ese pasado todavía abierto en el presente.
Es que Gustavo Pérez Castelli, el “Baba”, se presentaba como el sobrino de Leopoldo Fortunato Galtieri, comandante del Segundo Cuerpo de Ejército con asiento en Rosario, entre el 12 de octubre de 1976 y febrero de 1979, responsable de 169 delitos de lesa humanidad que nunca contestó en sede judicial rosarina.
Fue durante los tiempos de su tío que comenzaron las operaciones para instalar el negocio del narcotráfico gracias a dos de sus subordinados, el coronel Pascual Guerrieri y el oficial Gustavo Bueno.
De tal forma, 34 años después de aquella operación ideada por su tío, el "Baba" Pérez Castelli sufrió en carne propia la evolución del negocio impulsado por su familiar cuando el 29 de diciembre de 2013 le mataron a su hija, Justina, compañera, en aquel momento de Luis Medina.
El asesinato del "Baba", en realidad, muestra una nueva vuelta de rosca al negocio paraestatal del narcotráfico en estos atribulados arrabales del mundo.
En estos días, la desarticulación de parte de Los Monos en la zona sur rosarina, el asesinato de Luis Medina, la detención de Delfín Zacarías y la consiguiente disolución de sus negocios en el departamento San Lorenzo, la devastación de los Bassi en Villa Gobernador Gálvez, parecen inclinar la balanza hacia el poder de los Alvarado, aquellos señalados en 2012 como los dueños del negocio narco en el centro de la Cuna de la Bandera.
Mientras tanto, en la ciudad de Santa Fe, los barrios comienzan a generar asambleas clamando mayor seguridad porque sospechan que sectores policiales y también de gendarmería parecen administrar el doble negocio letal de las armas y el narcotráfico más que combatirlo.
Esta sucesión de hechos, parece reflejar una reconfiguración del mapa del negocio narco en el Gran Rosario. Estas noticias no solamente hablan del intento de copar el norte de la ciudad sino también del traslado de hechos que antes se repetían en la zona sur y ahora la geografía es otra. En 2012, cuando denunciamos por primera vez ante los medios de comunicación y la comisión de Seguridad de Diputados de la provincia cómo funcionaban aquellas bandas, habíamos alertado del grupo liderado por los hermanos Alvarado, responsables de muchas actividades en el centro norte de la ciudad. Esa familia, parece hoy, la que tiene la hegemonía o pelea por ella. Esas luchas, como siempre, asoman en las páginas policiales de los diarios.
El homicidio del “Baba”, del sobrino de Galtieri, a horas nada más de cumplirse los 34 años del copamiento de Malvinas, demuestra el invicto negocio paraestatal del narcotráfico y sus múltiples mutaciones hasta el presente.
Fuentes: Diario “La Capital”, viernes 1 de abril de 2016 – Entrevistas del autor a familiares de Gustavo Pérez Castelli – “Ciudad blanca, crónica negra”, del autor de esta nota.
Edición: 3128
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