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Armas, balas y trata
La trata de personas con el objetivo de la explotación sexual sigue vigente. También los negocios impunes del contrabando de armas, municiones y drogas, más allá de los bellos discursos oficiales. Trata, armas y balas son partes del alma del sistema.
Por Carlos Del Frade
(APe).- Trata, armas y balas son partes del alma del sistema.
Las últimas estadísticas de la Procuraduría contra la Trata y Explotación de Personas son del 30 de noviembre de 2022: hubo 25 casos que llegaron a sentencia.
De esos hechos, el 72,7 por ciento se trata de explotación sexual y 25,1 por ciento de explotación laboral.
Por casos investigados y condenados vinculados a la trata sexual se condenaron 583 personas. Estas personas hicieron víctimas de la trata sexual a otras 230.
139 eran niñas, niños y adolescentes.
Detrás de los números, como siempre, las vísceras del sistema.
El jueves 9 de febrero de 2023, la División Unidad Operativa Investigaciones Especiales Rosario rescató a una chica de quince años en una vivienda muy humilde de zona norte de la ex ciudad obrera.
La joven estaba privada de su libertad en calle 1338, intersección con Grandoli donde también se encontraron armas de fuego. Se trasladó a la menor a un hogar de menores con el fin de resguardar su salud física y mental, dijeron los partes policiales.
En la intervención de la policía federal se detuvo a una mujer de 39 años, quien quedó a disposición del titular del Juzgado Federal de Rosario N° 4, Marcelo Bailaque, a cargo de la investigación que se lleva adelante por infracción a la Ley de Trata de Personas. Y se secuestraron 2 armas de fuego tipo escopetas calibre 16 con varios cartuchos y dos teléfonos celulares.
La trata de personas con el objetivo de la explotación sexual sigue vigente en la Argentina del siglo veintiuno.
Como también los negocios impunes del contrabando de armas, municiones y drogas, más allá de los bellos discursos oficiales.
Trata, armas y balas son partes del alma del sistema.
En Capital Federal, mientras tanto, Nayla fue asesinada cuando solamente tenía cuatro años en la geografía de la villa 1 – 11 – 14.
No fue la tragedia ni la calamidad sino la consecuencia de dos negocios que forman parte de las cinco arterias que alimentan el corazón del capitalismo desde hace sesenta años: petróleo, armas, medicamentes, narcotráfico y trata de personas.
No se trata de una bala perdida si no de un negocio permanente ganador. El comercio del que alquila o vende las armas o las balas.
Todos los años los grandes países del mundo, Estados Unidos, Alemania, Japón, Inglaterra y China, aumentan su producción armamentística.
Y todos los años, matemáticamente, aumentan las muertes de niñas y niños en el tercer mundo, especialmente en América del Sur.
Alcira, la mamá de Nayla, sostuvo, entre otras cosas: “Yo perdí a mi hija por un desalmado y lo único que pido ahora es justicia por Nayla. Vamos a hacer el velatorio en mi casa, quienes venga, traigan globos blancos porque a ella le encantaban los globos”, dijo.
Más allá de las particularidades de la persona que disparó semejante cantidad de tiros, el problema está lejos del matador y su alma.
El verdadero desalmado es el sistema que se nutre cotidianamente de la fenomenal economía que genera el comercio de armas, municiones y drogas. Ese sistema que desprecia de la sangre derramada de chiquitas como Nayla y termina celebrando el dinero que junta en los bancos del centro de las grandes ciudades gracias a quienes usan sus herramientas que multiplican el dolor.
El alma del sistema es el que se nutre de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes y también del negocio de las armas y las balas. Porque la guerra contra las pibas y los pibes sigue siendo un gran negocio.
Fuentes: Página web de la Procuraduría Nacional contra la Trata y Explotación de Personas; diario “La Capital”, viernes 10 de febrero de 2023 y diario “La Nación”, jueves 9 de febrero de 2023.
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