Domingo de cuarto oscuro, nunca tan oscuro

Domingo de cuarto oscuro cada vez más oscuro. Los que reciben las migajas de las sobras del banquete quizá ni sepan de qué se trata. Desde hace mucho que el pueblo quiere saber de qué se trata. Una buena noticia: ya sabe. Pero todavía no sabe qué hacer con lo que sabe. Pero es posible que pronto se entere. Quizá después del domingo de cuarto oscuro.

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Por Alfredo Grande

 (APe).- El ritual de un orden democrático perverso, que apenas es la máscara constitucional del despojo, volverá a repetirse. El voto obligatorio, secreto y universal consagra la estafa reiterada de la representación. Si el pueblo no gobierna ni peticiona sino a través de sus representantes, éstos cargan con el San Benito de ser casta política. No son la peor casta, ya que está la casta clerical, la empresaria, la militar, la profesional. Pero ese San Benito se lo han puesto por las prebendas que imaginaron y lograron conseguir. Parece que no hay mejor astilla que la del mismo palo. Y la casta ha puesto tantos palos en la rueda de la justicia social que ahora los palos los recibe la casta.  Y para que la ignominia, la vergüenza, el asco sea mayor, viene no de los justos de la tierra, sino de una versión degradada de una de las tantas infamias que supimos conseguir.

Domingo de cuarto oscuro cada vez más oscuro. Los que reciben las migajas de las sobras del banquete quizá ni sepan de qué se trata. Desde hace mucho que el pueblo quiere saber de qué se trata. Una buena noticia: ya sabe. Pero todavía no sabe qué hacer con lo que sabe. Pero es posible que pronto se entere. Quizá después del domingo de cuarto oscuro. Pero nunca es tarde cuando la lucha es buena. Los que reciben las migajas de un sistema depredador y saqueador, especialmente los niños, las niñas, no entrarán a ese cuarto oscuro, cada vez más oscuro.  Pero sufrirán las consecuencias del engendro que de ese cuarto salga.  Del cuarto oscuro a la claridad de la impunidad política más atroz. Niños y niñas que si preguntan qué pasa en ese cuarto oscuro, cada vez más oscuro, solo podríamos balbucear palabras encontradas en el diccionario de las excusas.

Sostendremos en los cuentos e historias que les contemos, el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. Y les contaremos que Antonio Gramsci estuvo 10 años preso y siguió cantando, y escribiendo, y pensando, como la cigarra.

Y por la lucha de todos  los Antonios de la tierra, los cuartos oscuros dejarán de ser oscuros y una victoria sin final será posible.


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