Didáctica

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Por Carlos del Frade

(APE).- Los dueños del planeta invierten cada vez más dinero en producir y multiplicar armas. El presupuesto militar llegó a superar el billón de dólares en el último año y eso significa que el negocio macabro de la guerra continúa gozando de buena salud. Y para que la perversa calesita continúe girando es necesario educar para el miedo y alimentar el desprecio por el otro.

 

Desde muy chicos los habitantes de esta cápsula espacial llamada planeta Tierra deberán aprender lecciones y métodos de terror. Se trata de negocios. De mantener las tasas de ganancia.

De allí, entonces, que aparezcan juguetes didácticos. Que enseñen cómo infundir temor a los otros.

No se trata de juguetes violentos, sino de armas en miniatura para que las nuevas generaciones se acostumbren a su uso. Esa es la mentalidad de ciertas empresas multinacionales que, como suele ocurrir, venden armas de verdad por una ventanilla y armas de plásticos, por la otra. Para eso son empresas trasnacionales del mismo sistema, de los mismísimos dueños del planeta.

Sin embargo siempre hay quienes se indignan frente a la lógica didáctica del mercado del miedo y el terror.

La Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires denunció la venta de un llamado “set policial”, un conjunto de juguetes que incluye un revólver de plástico con silenciador, esposas metálicas con llave, un silbato y una "picana” que produce una pequeña descarga eléctrica. Todo un chiche. Y con una aclaración que explica los alcances del producto: no puede ser usado por menores de tres años.

Es una especie de "palito" negro y amarillo, con el dibujo de un policía agarrando a un hombre del brazo. Tiene, en uno de sus extremos, un pequeño electrodo, que produce una descarga si se presiona un pulsador.

La electric stick, como indica la caja, funciona con una pila doble A. Su descarga es “similar al de un encendedor eléctrico de cocina, con una pequeña chispa, que produce un cosquilleo en la piel de un adulto”, describieron las distintas fuentes periodísticas.

Pensar que la picana se “inventó” como elemento de tortura en la década del veinte del siglo pasado por un jefe de policía que resultó padre de un escritor nacionalista y abuelo de una militante revolucionaria en los años setenta. Ahora la picana viene en su presentación infantil. Lo que se dice una verdadera evolución del instrumento.

En este caso, el viejo invento de la policía argentina ahora ha sido reciclado e industrializado por los empresarios chinos para volver a estas tierras marcadas por semejante modelo durante décadas.

La doctora Alicia Pierini, a cargo de la repartición que pidió retirar el “set”, sostuvo que se trata de “basura antididáctica” y que no resulta aceptable que este juguete esté circulando. Para la funcionaria, el retiro de estos juguetes es “una elemental cuestión de defensa de los valores democráticos”.

Más allá de estos contratiempos, los dueños del sistema seguirán inundando las distintas ciudades de su planeta para educar al soberano.

Una simple cuestión de supervivencia.

Didáctica pura.

Fuente de datos: Diarios El Día y HoyNet - La Plata, y Clarín 15-06-06 / Diario Página/12 14-06-06

 

 


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