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Por Carlos del Frade
(Ape).- El martes 13 de diciembre se cumplirán 109 años del descubrimiento del petróleo argentino. ¿Qué quedó de aquel día, origen del viejo orgullo nacional que alguna vez fuera YPF?. Una de las respuestas posibles es el acuerdo secreto entre el estado argentino y Chevron.
“Acuerdo de Proyecto de Inversión”, celebrado con fecha 16 de julio de 2013, entre YPF Shale Oil Investment I, LLC”, como Tomador, y “Chevron Overseas Finance I Limited”, prestamista”, dice la primera página del contrato entre los restos de la principal empresa estatal argentina y la nieta de la Standar Oil.
El monumental trabajo de insistencia del entonces senador nacional y hoy diputado nacional, Rubén Giustiniani, produjo la aparición pública de este “acuerdo” y su alarmante lectura que lo sitúa en la continuidad del empréstito de la Baring Brothers y lo configura como un nuevo y brutal capítulo del estatuto legal del coloniaje y la historia de la dependencia económica.
La primera conclusión es que se trata de un préstamo y que la sede elegida por el tomador YPF es el estado de Delaware, un paraíso fiscal.
Dicen las publicaciones sobre finanzas que “las compañías que cotizan en Wall Street hace mucho tiempo que encontraron su oasis ‘legal’ particular en Delaware, el segundo estado más pequeño de EEUU. En Delaware, desde el siglo XVIII es tradición atraer a través de incentivos fiscales, a empresas de otros estados y más adelante también de todo el mundo. Se estima que las empresas establecidas en Delaware el año pasado se han ahorrado, debido a las ventajas fiscales, cerca de 10.000 millones de dólares y todo ello utilizando medios legales. En el ‘number one’ de los paraísos fiscales existen más empresas que habitantes. El New York Times estimaba que 285.000 compañías tienen su sede en Delaware para aprovechar las enormes ventajas fiscales”, remarcan esas crónicas.
Agregan que “entre las compañías que se encuentran registradas en este paraíso fiscal en pleno Estados Unidos, están American Airlines, Bank of America, Apple, Google, JPMorgan Chase, y en especial muchas del sector financiero. Estas empresas realizan negocios en todo el mundo y en Delaware, por lo general, únicamente cuentan con un buzón. En este pequeño estado, las empresas prácticamente no pagan impuestos y resulta muy fácil crearlas. Pero estas condiciones también favorecen la fundación de sociedades ficticias para el tráfico de drogas y lavado de dinero, según señalan las autoridades locales. El analista Simon Black, en un informe para Business Insider, aseguraba que “en los bancos de Wall Street existe más dinero oculto procedente de empresas fantasmas ilegales en Delaware, que en cualquier otro sitio del planeta”.
Esta empresa, llamada YPF Shale Oil Investment I, LLC, que supuestamente es la representante del interés de todos los argentinos, elige su residencia en ese paraíso fiscal. La principal empresa argentina, la sombra de YPF que desarrolló pueblos, ciudades y el país en general, elige como lugar a Delaware. La historia de luchas y épicas de Mosconi e Yrigoyen tragadas por el agujero negro del lavado de dinero. La soberanía, entonces, es la del capital financiero.
Chevron, en tanto, descendiente en tercera generación la Standard Oil y Texaco, encorseta la elaboración del préstamo a las leyes de Bermudas.
Más allá de las historias sobre el triángulo de las Bermudas, “este archipiélago en el mar de los Sargazos, en América del Norte, forma parte del territorio británico de ultramar. Las principales fuentes de ingresos son las empresas multinacionales de seguros y el turismo. Operan en las Bermudas 37 bancos y 11.000 empresas, de allí su fama en el mundo de centro financiero de gran reputación: transacciones internacionales y niveles de normalización elevados volvieron al país uno de los lugares preferidos para quienes elaboran diversas ingenierías financieras”, sostienen los diarios.
En la sección I del acuerdo del proyecto de inversión, las empresas hablan de definiciones e interpretación.
En relación a leyes y obligaciones anticorrupción, hacen mención a la Convención sobre la Lucha contra el Cohecho de funcionarios públicos extranjeros en las transacciones comerciales internacionales firmada en París el 17 de diciembre de 1997, que entró en vigencia el 15 de febrero de 1999; las reglamentaciones de los países del lugar de constitución, la sede principal y/o el lugar de inscripción como emisor de títulos valores de cada entidad del Proyecto y la ley de prácticas corruptas extranjeras de Estados Unidos.
Pero más adelante se lee que la potestad está, para el tomador, es decir los restos de YPF, en “virtud de las leyes del Estado de Delaware”. Además queda claro que día hábil se considera en que “los bancos comerciales de la ciudad de Nueva York, Estado de Nueva York, Estados Unidos de América o de Buenos Aires, Argentina, se encuentren autorizados u obligados por ley a cerrar”.
Fuentes: Acuerdo Chevron – YPF, gentileza del actual diputado provincial de Santa Fe, Rubén Giustiniani.
Edición: 3287
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