Del abuso sexual del niño al abuso político del adulto (II)

Los condenados de la tierra, como enseñó Fanon, son también los abusados de la tierra, escribe Alfredo Grande. Abusados sexualmente, abusados políticamente, siempre abusados. Y la democracia es el mejor sistema del mundo, para que el abuso capitalista sea ocultado.
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Por Alfredo Grande

(APe).- Recuerdo el principio rector de la cultura represora. Ocultar el carácter represor de la cultura. Como ya dije, represión es desalojo. Quitar del lugar, de un territorio, donde ya no queda ningún lugar en el mundo. La soberanía es el poder que se ejerce en un territorio. Cuando ya no hay territorio, entonces se amputa también la soberanía. Pensemos desde esta perspectiva el protocolo anti piquetes. El mecanismo del ocultamiento permite encubrir que no se trata de piquetes sino de protesta. Y el desalojo no es solamente de las calles, sino de la vereda. O sea: del espacio público. El protocolo anti piquetes es una continuación del estado de sitio, ya que lo que desalojo es el derecho de reunión y de peticionar. Es claro que la policía, que nada tiene que ver con la seguridad, es el verdadero piquete.

Las fuerzas del Orden promueven el absoluto Desorden, justamente para hacerse los paladines del Orden. Por eso digo que la cultura represora en sus diversas facetas tiene un objetivo máximo: ocultar, encubrir el carácter represor, desalojador, de la cultura. Por eso asistimos, no a una batalla cultural, sino a una masacre, también cultural, y la implementación de muchas formas diferentes de abuso.

La humanidad es racional, pero en un sentido amplificado. León Rozitchner explicaba la diferencia entre la racionalidad sabida y la racionalidad sentida. (Rozitchner y Gieco son el único León que valoro plenamente). Las derechas se ocupan de la racionalidad sentida. O sea, sentimientos, sensaciones, ideas confusas, que motorizan la conducta. El odio individual es un éxito de la racional sentida. El “odiar a los periodistas” forma parte de la racionalidad sentida. No son las fuerzas del cielo. Son las fuerzas del odio. El odio que las izquierdas no pueden ni quieren entender, las derechas lo instrumentan a los efectos de dar combustible a las usinas del abuso.

Cuando el abuso es politica de Estado (la motosierra) algo debe ser subvertido. Pero la cultura represora sabe. El abuso político es silenciado de la mismo forma en que se silenció y se silencia el abuso sexual. El político podemos decir que es del adulto, y el sexual es del niño y la niña. Pero el abuso sistemático es tanto sexual como político. Hoy el abuso es confusión entre abusadores y abusados.

Cuando está mal planteado el problema, no es posible encontrar soluciones adecuadas. Nuestra batalla cultural es señalar que la cultura represora tiene como uno de sus pilares la planificación sistemática del abuso. Y como pasa con cualquier tóxico, el abuso sistemático lleva a la dependencia. El abusado, la abusada, es dependiente del abusador. Versión reciclada del “porque te quiero te aporreo”. Uno de los tantos refranes reaccionarios que supimos conseguir.

Lo siniestro es que el abuso también es patrimonio de las denominadas democracias. Una de las estrategias de inimputabilidad de este gobierno de ocupación es que fue votado. El voto como legitimador del abuso. O sea: se votó el abuso y, por lo tanto, no cabe enfrentarlo. Protocolos mediante. Es como desestimar la denuncia de violencia doméstica porque ella lo eligió como marido. Lo votó en la Iglesia.

Los condenados de la tierra, como enseñó Fanon, son también los abusados de la tierra. Abusados sexualmente, abusados políticamente, siempre abusados. La explotación capitalista es una forma refinada de abuso, que la genialidad de Carlos Marx denominó “plusvalía”. Y la democracia es el mejor sistema del mundo, para que el abuso capitalista sea ocultado.

Hoy la resistencia contra el abuso de una jubilacion de exterminio, es la marcha de jubiladas y jubilados. No es la única, desde ya. Pero creo que es que la lograda legitimidad porque no es reactiva a la situación actual. Con el mismo entusiasmo con la que el actual gobierno de ocupación cita a Menem, nosotros citamos a esa luchadora que fue y es Norma Plá. Dime a quien citas y te diré quién eres.

La lucha contra todas las formas de abuso no es discursiva. Alguna vez escribí que nadie puede ser cristiano en el Vaticano. Como dijo Antonio Porchia, “convénceme sin palabras, porque las palabras no me convencen más”. La tragedia es que también podemos abusar con las palabras. La esperanza es que con lo mismo que usan para abusar, podemos liberarnos.

Como dijo Roberto de Niro en su discurso contra Trump en Cannes: “Libertad Igualdad Fraternidad”. Pero siempre juntas. Ninguna sin otra, sino otras formas de abuso serán inventadas.

Leer también: Del abuso sexual del niño al abuso político del adulto (I)


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