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Del 7 al 22 de mayo se concretó en 2001 la larga marcha que el “Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo” realizó desde La Quiaca a Buenos Aires. “Marchamos porque ser niño ya no es un barco de papel, ni una aventura de pan y chocolate. Porque ser niño pobre tiene su destino: prostitución, droga, cárcel o ser asesinado en cualquier esquina de la pobreza... Marchamos porque, en este país, mueren 100 niños por día...”, decía la convocatoria firmada, entre otros, por Adolfo Pérez Esquivel, Víctor De Gennaro, Daniel Goldman, Luis Farinello, Daniel Viglietti, Osvaldo Bayer, Teresa Parodi y Joan Manuel Serrat. Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Frías, Córdoba, Río Cuarto, Rosario, Villa Constitución, Tigre y finalmente, Buenos Aires, a la que se llegó el martes 22 de mayo.
“¿Acaso sólo los adultos son protagonistas de la historia?: No, los niños también están en una etapa plena de la vida. ¿Acaso las maestras de las escuelas y sus niños no construyen todos los días una nueva utopía, con su guardapolvo blanco, su conocimiento, su ternura? La cuestión es visibilizarnos, vernos, ganar la calle, el matecito de la tarde y no encerrarnos en un hipermercado. La cosa es volver a ganar un país para todos”, decía entonces Alberto Morlachetti.
“El fin de la marcha es meter en el imaginario de la gente de qué infancia es destino. Esta es una sociedad que no protege a los niños, sino que se protege de ellos. Es increíble que, en un país que es el quinto exportador de cereales del mundo, se mueran 100 chicos por día por causas relacionadas con la pobreza. Esto es un genocidio”, escribía en aquel 2001 Alberto.
Convocatoria de la Marcha de La Quiaca a Buenos Aires
Marchemos
La Convención de los Derechos del Niño asegura a todos nuestros pibes el derecho a la vida. Es decir, familia, escuela, salud, vivienda y la ternura del pan.
El no cumplimiento de estas leyes implica una violación esencial a nuestros derechos humanos consagrados en la Constitución Nacional.
Por eso marchamos para decir con todas nuestras humildes fuerzas que esas bellas palabras están lejos de nuestras vidas.
Marchamos porque el modelo económico es un saqueo de nuestros bienes y nuestras alegrías, y es el verdadero accionista de los niños descalzos.
Marchamos porque hay una patria de ausencias y de heridas que funda la miseria: un país que se desangra todos los días con 100 niños que mueren por hambre de pan.
Marchamos porque se desocupa a los padres, expropiándoles el derecho de criar a sus hijos, se envilece los salarios, se victimiza a nuestros ancianos, se hambrea a nuestros maestros y se condena a nuestra infancia a habitar las calles de la miseria.
Marchamos porque ser niño ya no es un barco de papel, ni una "aventura de pan y chocolate". Porque ser niño pobre tiene nombre su destino: prostitución, droga, cárcel o ser asesinado en cualquier esquina de la pobreza.
Marchemos porque es posible soñar otro tiempo, el tiempo del trabajo, de los salarios dignos, donde ser jubilado sea una bendición, y ser niño un privilegio. No estamos lejos, ni cerca de ese futuro, estamos en el tiempo exacto para diseñar la tierra y el cielo que queremos.
Padre Carlos Cajade
Coordinador Nacional
Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
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Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte