Churrinche

Por Alberto Morlachetti

(APE).- La cultura ha sido diseñada precisamente para que naturalicemos que algunos hombres son bendecidos por la genética, legitimando que obtengan su bienestar “del hígado del prójimo”. ¿Qué es entonces la cultura? La cultura, en el fondo, se reduce a una forma de hacer la vida con ausencia de culpa, una “sinfonía heroica” de sumisión al orden establecido “que aligera considerablemente la tarea de las fuerzas del orden”.

Queda por añadir que la política es la ciencia encargada de impedir que los prójimos se maten entre sí. Pero la política no es una ciencia exacta.

-I-

Zaffaroni escribía que la propia ley renuncia a la legalidad. El saber penal parece no percibirlo. Por la vía de la minimización jurídica se reserva al discurso jurídico penal -supuestamente- los injustos graves. La vía administrativa se considera ajena al discurso jurídico-penal como la privación de libertad de los niños -especialmente los de intemperies- a pesar de que se los someta a institucionalizaciones frecuentemente peores que las abarcadas por el discurso jurídico penal.

La tortura y la muerte de 4 niños: Diego, Elías, Manuel y Miguel cuyas edades iban de 15 a 17 años -huérfanos de derecho- fue el modo esencial del Estado Criminal de entristecer nuestras vidas en la Masacre de la Comisaría Primera de Quilmes el 20 de octubre del año 2004 donde los pequeños como “capullos de fuego” en el “corazón de la hoguera” desplegaban los últimos aleteos. No hay detenidos, no hay policías procesados. Mientras una buena parte de nuestra sociedad anda de prisa “como si no tuviese nada que ver”, cuando ni siquiera “se atreve a preferir la nostalgia” decía Paco Urondo.

-II-

Cuenta la leyenda que el Churrinche es un pájaro pequeño que nació del fuego. Que en las noches de luna roja cuando las hogueras se apagaron dejaron de cantar, pero despiertan en pequeñas llamas -guardando su secreto- encendiendo los faroles y los hornillos para cocer el pan, allí en las calles marrones de Villa Itatí lejos “del itinerario hermético de los celulares” donde los pequeños -como los Churrinches- escriben en los pentagramas una nueva sinfonía que nos convoca a encender el amor.