En esta Navidad, en tiempos del mayor infanticidio de los siglos, se hace imprescindible pensar en el amor y en la resistencia. A pesar de la persecución y la reducción a la animalidad del pesebre a la que fueron sometidos María y José, ese amor y esa resistencia fueron pobibles porque una parte del pueblo rechazaba y peleaba contra la dominación del imperio romano y la traición de los sectores acomodados de su propia geografía.