Por Silvana Melo (APe).– Rodó por las paredes de su arte. Y pintó grafittis con su sangre. El vecino creyó que era un ladrón. Era un vecino. No un brazo armado del estado. Era un hombre común, con un arma bajo la cama. Arrogándose ley, vida y muerte. El vecino creyó. Como una fe contundente. […]