Avelino y las vacaciones

|

Por Carlos del Frade

(APE).- Hay dos cosas que no se tomaron vacaciones de invierno en el país de los argentinos: la desnutrición y los superhéroes. Y una tercera como permanente telón de fondo: el Estado que mira para otro lado.

 

La consecuencia, como siempre, es que en la tierra de la comida y las riquezas, los pibes no tienen para comer.

Entonces queda el amor como única fuerza capaz de enfrentar a la invención del hambre, una coartada de la muerte y una consecuencia del poder en manos de pocos.

Avelino Vega salvó a su hija Nelly del Carmen, de tres años, de puro obstinado. De la rebeldía que surgía de lo que siente por cada uno de sus doce hijos.

Fue en la tierra de los cerros azules, en la Catamarca de los feudos y las luchas por justicia que amanecieron después del asesinato de una adolescente, María Soledad Morales.

Doce hijos y se jugó la vida por Nelly porque los quiere a todos y le da a cada uno todo lo que puede. A contramano del prejuicio de clase que sentencia que los padres de los sectores empobrecidos se desentienden de sus chicos. No, señores de la moral media, Avelino se jugó la vida por Nelly porque ama a sus hijos, a todos y cada uno.

La historia fue contada por casi todos los medios de comunicación de la Argentina.

Con temperaturas de hasta siete grados bajo cero, Avelino montó sobre su mula y empezó a atravesar cincuenta kilómetros hasta encontrar alguna ayuda profesional para Nelly que pesaba diez kilogramos y se moría después de un fuerte cuadro de convulsiones en la noche del jueves 14 de julio.

Diez horas a lomo de mula iba Avelino cruzando la cordillera de la pesadilla y del supuestamente inexorable destino para los pibes de familias empobrecidas.

Una camioneta los levantó en el pueblo de Tatón y los llevó al hospital de Fiambalá.

Avelino es uno de los cincuenta habitantes de Río Grande, un villorio ubicado en la cordillera de San Buenaventura, en el norte de la provincia de Catamarca, en el límite entre Antofagasta y Tinogasta.

Allí no hay correo, ni posta sanitaria, ni médico ni policías. Hay, eso si, una sola radio que está en la escuelita del páramo.

-No tengo ningún trabajo. A veces ayudo a los vecinos o estoy como peón. La única forma de salir es a mula, o a pie -dijo Avelino al periodismo, este hombre de 47 años, doce hijos y que se juega la vida por ellos.

-Veía mal a la nenita así que hice lo que siempre hacés cuando un chico se enferma: salir de Río Grande a lomo de mula. Sólo quería que a mi hija desnutrida me la atendiera un médico... Mi hija tiene una salud muy frágil, pero yo la abrigué bien -siguió con su narración, bien pegadito a Nelly que se recupera en una cama del hospital de Fiambalá.

Toda la familia de Avelino vive en una casa construida con los árboles que el papá fue cortando y armando como pudo.

Desde la FM Libertad se hizo una campaña entre los oyentes para juntar donaciones. Avelino no pudo creer la respuesta del pueblo que fue conmovido por semejante pelea contra el destino impuesto a fuerza de puro amor.

Llegaron pañales, frazadas, ropa, alimentos no perecederos y hasta dinero.

Dentro de una semana volverá a la montaña, a Río Grande. Ya no será en mula. Un taxista se comprometió a llevarlo. Por lo menos a dejarlo lo más cerca posible.

Es que el taxista, como buen conocedor de la vida, sus miserias y sus milagros, sabe que, en realidad, no está llevando a un humilde puestero de un cerro, sino que será el compañero de un verdadero superhéroe. De esos que aparecen en las publicidades de todos los medios justo para esta época de vacaciones de invierno.

En estas vacaciones en donde ni la desnutrición ni tampoco los superhéroes se tomaron vacaciones, como lo demuestra Avelino Vega, el papá de doce hijos que se jugó la vida para salvar la existencia de su nena de tres años, condenada por la desnutrición que inventaron los archivillanos que perpetraron el saqueo de la Argentina. Pero esta vez no pudieron con su destino de pesadilla. El amor de Avelino les ganó a la muerte y al poder.

Fuente de datos: Diarios Página/12, Clarín y El Ancasti - Catamarca 21-07-05

 


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte