Más resultados

Se relanza con nuevo material el canal de la emblemática enfermera Meche Méndez
(APe).- A 41 años del desastre completamente evitable de Bhopal, en la India, en el que cientos de miles de personas (con, al menos, 25.000 muertos) fueron afectadas por una fuga de gas en una fábrica de pesticidas, la utilización, manipulación y mal manejo de los agrotóxicos continúa siendo una deuda pendiente. La historia reciente de la humanidad ha ido demostrando que no es el ambiente una prioridad para el capitalismo. Por el contrario, cabalga sobre la destrucción de la tierra, el aire y el agua para incrementar ganancias.

Hace poco más de una quincena de días, los medios periodísticos del país –con repercusión en la prensa mundial- desnudaban las fotografías de las llamaradas de fuego y humo por la explosión en el Polígono Industrial de Spegazzini. Que, no casualmente, partió de un depósito almacenador de agrotóxicos. Aún hoy, con el silencio connivente de políticos y empresarios se desconoce el detalle de las características de los temibles venenos que impactaron en cientos de miles de personas. ¿Es posible creer en la inocuidad de eso que se respiró, se metió violentamente en los pulmones, en la piel, en la sangre? ¿Es factible imaginar que embarazadas, niños, viejos, mortales comunes y corrientes atravesaron un infierno durante horas que al día siguiente o en las semanas, meses o años por venir ya no significarán absolutamente nada en sus historias? ¿Acaso fue de esa manera en todas las catástrofes ambientales que afectaron la vida en cada una de sus formas?

Este 2025 está cercano a su final con una sucesión de amenazas en ciernes. Con el proyecto minero San Jorge que avanza contra la salud de los mendocinos, ahora con media sanción en Diputados, a 15 años casi de una lucha por el agua que frenó su avance. ¿Se aceptará mansamente aquello a lo que se le dijo rotundamente que NO hace tan solo un manojo de años?
De resistir se trata. Desde el pie, cantaba Zitarrosa, porque –decía- el futuro crece desde el pie. Así lo entiende Meche Méndez, a quien todas las definiciones le quedan cortas. No es únicamente enfermera del Garrahan, ni luchadora por el medioambiente o por la salud pública. Ella insiste –inspirada en Rodolfo Walsh- que se trata de romper el aislamiento porque el terror se basa en la incomunicación. Y en esa batalla contra el silencio, contra la apatía, contra la inmovilización es que creó hace tiempo un canal de youtube de contra-información, que ahora actualiza con nuevo material. Un espacio que busca ser colectivo para reproducir “luchas obreras y también voces de damnificados y profesionales que resisten y denuncian el modelo de saqueo y contaminación en el que corporaciones y gobiernos cómplices vienen sometiendo desde hace décadas a nuestros países, llevándose millonarias ganancias y dejando destrucción, enfermedad y muerte a su paso impunemente”.
Allí aparecen los rostros y las voces de quienes contra viento y marea asoman tercamente desde las barriadas populares, desde los pueblos perdidos, desde las ciudades superpobladas, desde los hospitales o las escuelas. Como Verónica Garri, vecina y docente de Exaltación de la Cruz, a unos 80 kilómetros de la capital argentina. En la zona rural y rodeada de sembradíos de soja trangénica donde los agroquímicos son moneda corriente. Venenos que fueron ganando batallas en el cuerpo de Verónica y de su familia. “Es la impotencia de saber que todos saben, ven y lo siguen haciendo igual”, dice en entrevista con Meche.
Para asomar a la médula de cada una de las entrevistas, se pueden visitar y descargar las síntesis en videos de apenas un par de minutos bajo el título de Paren de fumigar, basta de venenos.
Para acceder a esas síntesis, ingresar a este link.
Son los adelantos de entrevistas a Darío Avila, aquel abogado que pasó de ser el director de Asuntos Jurídicos de la municipalidad de Córdoba a convertirse en una referencia ineludible en materia de derecho ambiental a partir de la lucha de las Madres de Ituzaingó Anexo. A María del Carmen Seveso, médica que desde el Chaco investigó el vínculo entre agrotóxicos, embarazos y el nacimiento de bebés con malformaciones. A Rafael Lajmanovich, doctor en Ciencias Naturales, profesor de ecotoxicología en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) e investigador independiente del Conicet. A Delia Aiassa, investigadora especializada en genética que puede hablar con absoluta claridad sobre el impacto de los agrotóxicos en el daño genético. O a Sofía Gatica, vecina fumigada y referente de la lucha contra los agrotóxicos, madre del barrio Ituzaingó Anexo.
Porque, en definitiva, el futuro crece desde el pie.
Suscribite al boletín semanal de la Agencia.
Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte