“Alas rotas”, niños rotos

“Alas rotas” se llamó el operativo con el que allanaron violentamente una casa del conurbano sur donde vivían diez niños y tres mujeres paraguayas, en calidad de refugiadas políticas. Después de unas quince horas de detención ellas fueron liberadas. Pero los niños jamás olvidarán el terror de esa madrugada.

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(APe).- A la madrugada policías federales rompieron la puerta en una localidad del sur del conurbano, como en los peores años de la dictadura. Diez niños dormían en una casa amplia con una madre y algunas tías villalbas. Apuntados por armas largas y supermodernas e iluminados por láseres los chicos saltaron de sus camas en un terror 3D que después relatarían como tragándose y vomitando las palabras. Como repitiendo a toda voz la película de superacción, el juego de mortal combat del que habían formado parte. Pero en el que se habían llevado a su madre y a sus tías de arrastre los tipos vestidos de federales en plena noche y ellos paralizados porque el juego se acaba cuando ellos aprietan stop pero esa noche no.

Las autoridades del zonal los ubicaron en un sitio en el que estarían protegidos durante las siguientes horas y donde una de ellos llevó bajo el brazo la torta de su cumpleaños. Dispuesta a que nadie le iba a quitar la entrada a su año nuevo, con vela para soplar. Ni los federales que les apuntaron en la cabeza según contaban después a todo quien estuviera dispuesto a escuchar una aventura en vivo, traída rabiosamente en la piel de la madrugada anterior. Cuando un juez de Comodoro Py mandó a allanar una casa del sur del conurbano con diez niños adentro, en una reedición de la Operación Cóndor de las dictaduras de los años 70, ahora rebautizado Alas Rotas. En el abrazo fatal con maquillaje de democracia de los gobiernos de ultraderecha, en este caso el paraguayo y el argentino, que no reconoce las políticas de refugiados.

Ya entrada nuevamente la noche, tras una extensa jornada de terrores e incertidumbre las mujeres Villalba fueron liberadas. Pero no bastará esa imprescindible libertad para borrar de la memoria de esa decena de niñas y niños esa madrugada de gritos, violencias y zozobra.

Diez niños que no saben hoy cuál será su destino inmediato. Dónde su próximo cumpleaños. Su próxima escuela. Sus nuevos amigos, otra vez. Su nueva cuadra, sus nuevos árboles, su próximo cielo.

Pero habrá una madrugada que se llevarán para siempre en sus pesadillas. Una película de terror sin stop posible.


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