Agujeros negros

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Por Sandra Russo

(APE).- Entre Ríos tiene agujeros negros. En julio, la noticia de que 40.000 kilos de alimentos se habían echado a perder en los galpones que el Ministerio de Salud y Acción Social tiene en Paraná, en galpones pertenecientes al Ejército, después de haber sido orinados por ratas, hizo saltar el fusible de la ministra de la cartera, Graciela Degani, quien dejó el cargo.

Pero en ese hallazgo estremecedor, toda vez que en la provincia hay algunos de los mayores índices de población infantil pobre y desnutrida, no fue aislado, ni el único. Un informe elaborado por la Dirección de Maternidad e Infancia, dependiente de la Secretaría de Salud de la provincia, arrojó ahora un faltante de 11.852 kilos de la leche en polvo que la Nación envió a Entre Ríos en el marco del Programa Apoyo Alimentario, Maternidad e Infancia. La dependencia oficial que hizo ese informe está a cargo ahora de Sonia Velásquez, mientras hasta que saltó Degani de su puesto estaba bajo la dirección de la médica Mariela Bellumia. Puestos a pasar en limpio lo recibido, lo existente, lo distribuido y lo almacenado, la gente de la Dirección de Maternidad e Infancia elaboró ese informe escalofriante: la investigación abarcó los depósitos que la provincia conserva en los galpones del Ejército, se hizo un arqueo del stock existente y de la comparación entre lo enviado por la Nación y las entregas realizadas surge que en el agujero negro se perdieron casi doce toneladas de leche en polvo.

En conjunto, el volumen de la mercadería cuyo destino eran los hambrientos y que quedó en el camino asciende a unos 60 mil kilos, entre la que no aparece y la que debió destruirse por haber sido abandonada y orinada por ratas. Los funcionarios prometen explicaciones pero todavía nadie acierta a explicar qué se hizo con esa monumental carga de alimentos que podrían haber aliviado los estómagos de miles de niños y, qué duda cabe, haberle salvado la vida a muchos. “No se sabe si fueron destruidos o distribuidos sin que conste en registros... o qué fue de esa leche”, sintetizó una fuente cercana a la investigación y el arqueo de los alimentos. Se sabía, se decía, se murmuraba que los vericuetos burocráticos, clientelistas y políticos impedían muchas veces que la ayuda llegue a sus verdaderos dueños, los hambrientos. El caso de Entre Ríos es un caso testigo. Aquí no sólo es posible, es más bien obligatorio que los funcionarios que estaban a cargo de esa mercadería rindan cuentas o bien de su negligencia o bien de su mala fe. En cualquiera de las alternativas, obstaculizar la llegada de alimentos a la población con hambre hace que la negligencia se vuelva criminal.

Fuente de datos: El Diario en Internet - Entre Ríos 28-07-05

 


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