Violencia, violentación, crueldad

“Creo que una tarea actual, tan importante como otras, es enfrentar toda barbarie conceptual para poder apuntar con más precisión y no confundir potenciales aliados con enemigos”, dice Alfredo Grande. Y agrega: Es una forma de intentar ponerle el cascabel al gato.
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Por Alfredo Grande

(APe).- La batalla cultural –o, como bien dice la periodista corresponsal de guerra Karen Naon, la actual guerra cognitiva- tiene muchos ingredientes. Uno de ellos es lo que llamaría “barbarie conceptual”.  Los conceptos que siempre o, casi siempre, deben ser precisos, pueden deslizarse casi a cualquier sentido.

Es posible que siempre haya pasado, de la misma manera que Goebbels inauguró la pos verdad cuando dijo. “miente, miente, miente, que algo quedará”. Ese algo es la barbarie conceptual. Cuando yo era más joven que ahora, decir zurdo o psicobolche era casi cualquier cosa. El nexo común es que era una calificación apta para justificar el ataque. O sea: toda barbarie conceptual es el discurso justificatorio de agresiones, ataques, limpieza étnica, asesinatos de todo tipo.

Actualmente, la barbarie conceptual es la forma de comunicación hegemónica. Ejemplo: kuka. Puede significar cualquier cosa. Hasta podría ser gracioso sino fuera que toda barbarie conceptual abre la puerta en la que pasan otras barbaries. Aunque no me gane muchas simpatías, quiza ninguna, el epíteto “gorila” es también una muestra de barbarie conceptual. De definir a la oligarquía reaccionaria, termino siendo sinónimo de “no peronista”. O sea: no ser peronista es igual a ser antiperonista y ser antiperonista es igual que ser garca reaccionario. Para mí, esa barbarie conceptual tiene mucho que ver con el enfrentamiento de mayorías de clase, que terminan siendo minorías discursivas.

Dicho lo cual, la calificación de violencia, el tabú de la violencia, el anatema de la violencia, es muestra de esta barbarie conceptual. Por ejemplo, o sea pésimo ejemplo, esto es para mí violentación planificada.  “Seis de cada diez niños son pobres y el 19 por ciento es indigente, según un estudio del Observatorio Social de la UCA. Los sacerdotes proponen reemplazar las “tres C” de calle, cárcel y cementerio, frente a las “tres ‘C” de  capilla, colegio y club”  (Página 12)  Lo de capilla lo vemos en otro momento.

Me interesa que la lucha contra la barbarie conceptual exige rotular esta situación como violentación extrema que obviamente facilita toda violencia. Lo interesante es que la crueldad extrema habilita toda respuesta violenta. Lo que se denomina pomposamente la crisis en la “salud mental”, es violencia contra sí mismo.  El sujeto implota porque toda la barbarie conceptual le enseña que explotar es malo.  En tanto la violencia sea considerada un disvalor, no hay forma de enfrentar la crueldad. Entendida como la planificación sistemática del sufrimiento. La salmodia que toda violencia es mala, nos debilita y es lo más parecido a un suicidio. La barbarie conceptual enseña que toda violencia es mala, excepto la violencia/violentación del sistema represor. Apalear jubiladas y jubilados es casi folclórico. Pero la niña que dispara en un colegio, sin dañar a nadie, es violencia. Siendo hija de un comisario, debe tener un master en violentación.

Creo que una tarea actual, tan importante como otras, es enfrentar toda barbarie conceptual para poder apuntar con más precisión y no confundir potenciales aliados con enemigos. Es una forma de intentar ponerle el cascabel al gato.

 Aunque diga que es un león.


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