Más resultados
Por Alfredo Grande
(APe).- “La verdadera patria del hombre es la infancia” es una frase atribuida al poeta austriaco Rainer Maria Rilke. Por cuestiones ideológicas y epocales, podemos reemplazar “hombre” por “humanidad”. La idea es fuerte. Si no hay infancia, no hay patria. Apenas queda una palabra hueca, una abstracción inútil. Como la de hablar de libertad al esclavizado, al humillado, al explotado, al descartado.
En ese caso, la libertad nunca avanza. Y el retroceso es indefinido.
Leemos en EL PAIS: Una colonización pasa por ir suplantando los elementos propios de un grupo por los significados y significantes del amo, por ir instaurando un nuevo marco desde el que entender y actuar sobre una realidad que, en la medida que se coloniza, se explica de acuerdo al pensamiento y a la cosmovisión hegemónica.
La batalla cultural comienza en la infancia y la contradicción entre patria y colonia también. La primera soberanía (primera como tiempo lógico, no cronológico) es sobre la propia subjetividad. Por eso el hambre es una estrategia de dominación.
Hay hambre porque el hambre es un arma de destrucción masiva de esa primera patria. Conseguido ese objetivo, la colonización subjetiva, se consolida con la colonización objetiva. Toda colonización es un proceso de conquista permanente.
Además del saqueo, que siempre es absoluto, su objetivo es poblar con ideas ajenas que lentamente se toman como propias. La alteración del idioma es una de ellas. Hábitos de comida. Tendencias cotidianas. Modelos que se imponen. Hoy es habitual hablar de ludopatías. Y hay especialistas en eso. Todos dicen que están muy preocupados. Pero el “IBU”, el mejor arquero del mundo, hace con total malicia la publicidad de apuestas digitales. O sea: se fomenta la adicción, con el taparrabo de que los menores no pueden jugar. Hipocresía al palo. Un niño, niña, adolescente ludópata está colonizado.
Es otra de las estrategias del capitalismo. La publicidad es el arte de formatear el deseo en mandato. Y se termina deseando el mandato como si fuera un deseo soberano y en realidad es un deseo colonizado. “Vivimos una contrarrevolución global conservadora, reaccionaria, fascista, etnonacionalista y racista, Milei, Meloni, Trump, Modi, su forma y objetivos pueden variar de un país a otro, pero sirve los intereses de una oligarquía y del capitalismo racial” señala la politóloga antirracista Francoise Vergés. Lo conservador es siempre tributo al colonizador. Toda condena a cualquier forma de revolución incluso sexual, es el sello de lo conservador y lo rancio. Imposible explicar a mentes reaccionarias el profundo concepto freudiano de que el niño y la niña son perversos polimorfos. Necesitan sexualidades y pensamientos “monoformos”, donde germina la falacia del pensamiento único. Si es único es dogma. Dogmas religiosos y laicos. Un único dios verdadero, una única economía verdadera, una única verdad verdadera. De la Doctrina Monroe, el big Stick, (gran garrote) hasta la maldita trinidad Milei, Karina, Pato, hay un corto camino.
Por eso la lucha es contra todas las formas de la cultura represora. La Hydra.
Y el sábado marchamos también por las infancias y sus derechos a construir, conservar y vivir en su propia patria.
Suscribite al boletín semanal de la Agencia.
Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte