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El Agrónomo, más que una película
La mirada de Carlos del Frade sobre la película El Agrónomo estrenada en el bar El Cairo de Rosario. Los agrotóxicos en la salud infantil. Los pesticidas sobre la vida de tres millones de niñas y niños. En la Argentina de la entrega se utilizan más de 107 plaguicidas prohibidos.
Por Carlos del Frade
(APe).- “Glifo” y “2,4,D…”, son las palabras que más se repiten en la excelente película “El Agrónomo”, de Martín Turnes, protagonizada por un impecable Diego Velázquez.
Planos cortos y el paisaje de los sembradíos en un cuidadoso e intenso contraste que marca la tensión que debe existir en cientos de pueblos de la Argentina entre las personas que solamente defienden el dinero y las que quieren trabajar con salud en medio de la democratización del veneno.
En 2021, la Sociedad Argentina de Pediatría publicó una investigación titulada “Efecto de los agrotóxicos en la salud infantil”.
Sostenía que en los últimos años el mercado argentino de agroquímicos aumentó de 100 mil Kg/litros en 1996 a 520 mil para el año 2018 pero que los plaguicidas comenzaron a utilizarse en los años cincuenta, fundamentalmente los herbicidas como el 2,4 D y los insecticidas clorados como el DDT y el clordano, especialmente en la lucha contra la langosta.
Remarcaba que el “proceso de modernización de la agricultura se incluye dentro de un proceso más amplio que es el de Artificialización de la naturaleza”.
Hoy los pesticidas inciden en la vida de 12 millones de personas, entre ellas, tres millones de niñas y niños.
En estos días de profunda y cruel dependencia y entrega, en una Argentina pensada más de afuera que desde sus entrañas, hay 107 plaguicidas prohibidos en todo el mundo pero que se usan en estos atribulados arrabales del mundo.
Hace algunos años atrás una investigación demostró que de los 5264 productos comerciales de agroquímicos 55 son clasificados con la categoría la, 20 son con la categoría lb, 1447 con la categoría II y 2290 con la categoría III; por lo que 3812 tienen toxicidad más peligrosa que el Roundup de Monsanto.
Estos productos son vendidos en la Argentina por 338 empresas.
“El Agrónomo” muestra que la resistencia tiene como motor la sensibilidad y la lucidez de pibas y pibes que en edad secundaria usan el rap para denunciar la necesidad de transformar el presente desde el compromiso, ante técnicas y dispositivos científicos usados al servicio de la multiplicación del dinero.
-Mi hijo nació en 2013 y empecé a cuestionarme sobre los alimentos que consumimos. A leer y a enterarme que nuestra comida llega con agrotóxicos por el modo en que es producida. Y empecé a investigar y a informarme sobre lo que pasaba en los pueblos rurales. Me puse muy mal…. por lo que estamos comiendo y lo que se está plantando y aplicando en esos campos…Quería hacer una temática documental pero encarada desde la ficción…En los alambrados, en algunos campos, podés ver cartelitos colgados, la propaganda de la empresa de semillas (transgénicas) que ocupan esos predios. Allí empecé a intrigarme aún más por el modo en que se trabajan esos campos. A ver películas relacionadas. A leer sobre la ley de semillas – le comentó Martín Turnes, el director de la película a la gente de la Agencia de noticias “Tierra Viva”. Es una reflexión profunda y siempre que está plasmada en su obra de una manera delicada y muy bien lograda.
El drama que se exhibe es la contracara de los números de las exportaciones, las facturaciones y las ganancias de las grandes multinacionales, verdaderos terceros estados dentro de las provincias que jamás podrán cobrarles impuestos por más que usen su gente, su aire, su tierra, sus ríos, sus caminos, su educación y esa salud que será salvaje y silenciosamente ultrajada por el veneno socializado.
El ritmo que va tomando la película y el final de la misma continúan mucho más allá de los títulos.
En realidad no es solamente el ritmo del relato si no la permanente tensión que seguramente se experimenta en cientos de poblaciones argentinas como consecuencia de la impunidad de un modelo extractivista que necesita del veneno de los agrotóxicos y que cuenta con las voluntades de los partidos políticos mayoritarios para que así suceda.
Queda, como siempre, la esperanza en que la sensibilidad y la lucidez de la pibada junto a las organizaciones ambientales alumbren una conciencia colectiva mayor y que las mayorías, alguna vez, sean capaces de protagonizar un presente a contramano de los tantos dioses empresariales.
Fuente: “El Agrónomo”, película de Martín Turnes; Agencia de Noticias “Tierra Viva” e investigaciones del autor de esta nota plasmadas en proyectos de leyes y pedidos de informes en la Legislatura de la Provincia de Santa Fe.
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