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Una persecución absurda en lancha, la construcción de un muro en la frontera hídrica, tensiones diplomáticas, un mapa mal dibujado y conflictos burocráticos. ¿El común denominador?: Estados Unidos, la OTAN y el plan para quedarse con los recursos naturales de América Latina.
Por Martina Kaniuka
(APe).- En la zona fronteriza con Paraguay, una lancha argentina pescaba surubíes cuando fue interceptada por la armada paraguaya. No es la primera vez que la pesca enfrenta a los pescadores: en febrero de este año, más de sesenta peleaban por un cardumen que había quedado en medio de la línea fronteriza dibujada sobre aguas litoraleñas, interrumpida por un embrollo de tanzas y puteadas en castellano y guaraní. Intervinieron Prefectura Argentina y la Armada paraguaya, sin mayores consecuencias que la anécdota.
Sin embargo, esta vez los funcionarios requirieron documentación a la embarcación y los argentinos se dieron a la fuga, con los inspectores a bordo. Lo que podría haber sido un cuento, devino secuestro y terminó con Santiago Cafiero - Ministro de Relaciones Exteriores- sobrevolando el río en helicóptero con Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, para tomar medidas de prevención y patrullaje. Del otro lado de la frontera, Luis Castiglioni, ex presidente y actual Ministro de Industria y Comercio del Paraguay, sugeriría la construcción de una muralla sobre el agua.
Otra tensión, esta última semana, también se oteó en el mapa de la región, específicamente en uno que la Armada de Chile elaboró, que incluye parte del mar Argentino en sus aguas. El “Gráfico Ilustrativo de los Espacios Marítimos de Jurisdicción Chilena» fue publicado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile”, tiene fecha del 23 de agosto. Surge de un decreto supremo que busca representar los espacios marítimos de jurisdicción chilena -sancionado durante el gobierno de Piñera-, que pretenden abarcar un área de unos 5.000 kilómetros cuadrados al sur del Mar de Drake y de las Islas del Cabo de Hornos, sobre el territorio marítimo argentino.
Las controversias sobre estos márgenes y límites en nuestras aguas fueron dirimidas en noviembre de 1984, mediante el Tratado de Paz y Amistad celebrado entre Argentina y Chile, entonces ¿por qué reincidir ahora?
“Replantear el concepto de Frontera”
Esta semana la OTAN llamó a través de Gunther Fehlinger – presidente del Comité Europeo para la ampliación de la OTAN - a “desmembrar a los países del BRICS”, grupo al que recientemente fue integrada la Argentina y los países productores de petróleo: Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Etiopía y Egipto.
El llamamiento se dio, casualmente, en el marco de la cumbre de Vladimir Putin con los países disidentes de África, donde se condenaron las sanciones de Washington y Occidente sobre Rusia. Se expuso y se denunció el saqueo de los países europeos, principalmente las potencias colonialistas de Inglaterra y Francia, a los países africanos que se han visto históricamente expoliados de sus recursos naturales (uranio) y culturales.
África, el “continente olvidado”, corrió la suerte que, en el marco de este - ¿nuevo? -reordenamiento geopolítico, en abril de este año y sin eufemismos anunciaba Laura Richardson, Jefa del Comando Sur de Estados Unidos, para Latinoamérica: “nos queda mucho por hacer. Tenemos que empezar nuestro juego", concluyó después de resaltar que el “60 ciento del litio del mundo se encuentra en ese triángulo: ese elemento es "necesario hoy en día para la tecnología".
Remarcó además “la concentración de las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce descubierto frente a Guyana hace más de un año; tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro", continuó la generala, quien también destacó la importancia del Amazonas, al describirlo como "los pulmones del mundo". Sin olvidarse de que "tenemos el 31 % del agua dulce del mundo en esta región".
Para que no queden dudas sobre el posicionamiento de nuestro país frente a sus dichos, un mes antes de su visita, el mismísimo 24 de marzo, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Juan Martín Paleo, anunció “ocho planes de campaña” para militarizar áreas de recursos naturales y conectividad, consideradas estratégicas para el país.
Su “progreso”, nuestro subdesarrollo
El Acuífero Guaraní es una de las reservas de agua dulce más grande del planeta. Con 1.194.000 km² de superficie, su cuidado es producto de la cooperación transfronteriza de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, en esta última década, más allá de la anécdota, la tensión en la frontera aumentó con los intentos de cesión a privados (Nestlé y Coca Cola) de la concesión del acuífero y la instalación de capitales chinos en nuestro país. Contrarrestados ahora en Paraguay con la presencia de bases militares estadounidenses, a partir del acuerdo que los norteamericanos firmaron con el presidente de Paraguay para que patrullen el río Paraná.
El conflicto por la libre navegación de los ríos no es novedoso y tiene origen en las luchas por la organización nacional. La injerencia de potencias extranjeras en las relaciones bilaterales con Paraguay tampoco es una novedad: la Guerra de la Triple Alianza llegó a masacrar a 3500 niños en la Batalla de Acosta Ñu, en la entonces potencia latinoamericana.
En Paraguay la pobreza alcanza a 24,7% de los 7,5 millones de habitantes y la pobreza extrema a 5,6%, según la encuesta de hogares de 2022 por el Instituto Nacional de Estadísticas. En Argentina, más del 60% de los niños y adolescentes del país, vive bajo la línea de pobreza, según un informe de la UCA. ¿En qué beneficia a los pueblos la alianza con China y Estados Unidos?
En Jujuy ya han comenzado los ensayos de criminalización estatal de la protesta contra los extractivismos, apelando a las fuerzas de seguridad. En la Patagonia, la penalización y persecución judicial a quienes se opusieron a la minería se está tornando una postal cotidiana: el litio y el petróleo son objetivos centrales. Del otro lado de la cordillera, el panorama se replica. La persecución en la Araucanía hacia los pueblos originarios y a quienes se manifiestan en contra del extractivismo, con el proyecto de nacionalización del litio impulsado por Boric, explican “el mapa chileno”. Pero también la búsqueda de tensiones que requieran de una mano preparada para avivar el rescoldo amargo de tanta historia de promesas de desarrollo y progreso, soterradas por muerte, desaparición y saqueo.
Con Livent, Syngenta, Bayer, Monsanto, Mekorot, Arauco, Chevron, Barrick Gold, Posco, Vanguard, Black Rock, Aluar, Porta, Cargill, Total, Yamana Gold, Bioceres y tantas corporaciones trasnacionales devastando nuestros suelos y nuestros cuerpos: ¿son los pueblos de los países hermanos de Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay la amenaza a “nuestra soberanía”?
Y será porque una generación entera que nos falta escribió pocos renglones, pero los suficientes por los que, llegado el momento, no habrá de faltar la memoria y la lucidez de reconocernos un continente que ha escapado a las guerras y padecido la crudeza impuesta por tiranos. Y volveremos a dibujar fronteras, protegiendo los territorios como un sueño colectivo para desandar caminando con la sensatez de nuestros pies y nuestros brazos.
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