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Por Carlos Del Frade
(APe).- Ocho años, edad para estar en tercer grado, jugar mucho y tomar leche con chocolate. En el sur de la provincia de Santa Fe, en la punta del mapa que muestra el final de la bota, hay una ciudad hermosa y cargada de historias con un nombre particular, Venado Tuerto. Una de las más pobladas en esta geografía inmensa. En el sector pediatría del nuevo hospital regional “Alejandro Gutiérrez”, la noticia de los primeros días de diciembre de 2020 gambeteó los límites y llegó a los medios nacionales. Un chiquito de tan solo ocho años, la edad de un pibe de tercer grado, fue atendido de urgencia por intoxicación de cocaína.
Fuentes médicas explicaron que la intoxicación por drogas ilegales en niños “puede causar desde vómitos y mareos hasta delirios o pérdida del conocimiento. Además, su consumo aumenta el riesgo de sufrir ataques cardíacos, apoplejía o fallos respiratorios, lo que puede resultar en la muerte del paciente”.
Ahora, justicia y fuerzas de seguridad buscan encontrar los responsables de la ingesta que tuvo el niño de ocho años.
Pero así está el negocio de democratizado.
Un chiquito de ocho años fue intoxicado con cocaína.
¿Será la policía o las fuerzas de seguridad nacionales las que garantizarán que no vuelva a ocurrir?.
De ninguna manera. Están para otra cosa.
En esa misma semana, un narco confeso, Andrés Actis “Ojito” Caporale, sostuvo en el Tribunal Oral Federal número tres de la ciudad de Rosario que “la policía de Santa Fe era el ente regulador del narcotráfico”.
-Cuando el nivel de corrupción es tan alto, es raro que los de arriba no se enteren – agregó “Ojito”.
Caporale fue detenido en diciembre de 2016 tras permanecer prófugo varios meses. Ante una pregunta del fiscal federal ante el TOFC 3, Federico Reynares Solari, sobre los presuntos contactos de la policía con "jefes políticos", el imputado de 32 años explicó que la fuerza de seguridad "tenía que llevar la guita arriba, a Santa Fe, a gente relacionada con el Gobierno". El acusado afirmó durante la audiencia que "el sistema lleva muchos años, la Policía de Santa Fe era el ente regulador del narcotráfico".
-…siempre se hablaba que arriba de la Policía estaba el gobierno provincial, era el que le daba el apoyo – añadió.
Aunque aclaró que nunca le nombraron "a nadie puntual" ni que lo hayan obligado a aportar "plata para una campaña política".
Según la investigación, "Ojito" lideró hasta 2012 una banda que vendía drogas sintéticas en el centro de Rosario y en fiestas electrónicas, en sectores de clase y media y sin empleo de violencia como otras organizaciones criminales de esta ciudad santafesina.
-Habilitar un búnker no es poca cosa, tenés que tener a alguien con rango y peso, porque es por zona…la zona sur la manejaba la banda más famosa de Rosario (por "Los Monos"), y en el oeste supuestamente la manejaba Luis Medina…Los que manejan todo son los jefes policiales…Con los datos que les dábamos muchas veces no hacían nada porque no se podían tocar, no sé de quiénes eran, pero no se podían tocar…-también apuntó.
Lo cierto que el negocio de “Ojito” tenía como garantía a los nichos corruptos de las fuerzas de seguridad que funcionaban como “el ente regulador del narcotráfico” en la zona sur de la provincia.
Exactamente allí, cuando la forma de la bota define su punta, donde un pibito de ocho años fue atendido en emergencias por la ingesta de cocaína.
Fenomenal democratización del negocio, consecuencia del decisivo rol del “ente regular del narcotráfico”, La Santafesina SA.
La que supuestamente debería cuidar a los chicos de tan solo ocho añitos.
Edición: 4135
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