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Por Carlos del Frade
(APe).- San Martín y Belgrano empiezan a desaparecer de la vida cotidiana. Los billetes de cinco y diez pesos que lo recuerdan, comienzan su último exilio. Quedan, por supuesto, las estatuas, las avenidas y la obstinación de la educación para intentar construir puentes entre aquellos hechos del siglo diecinueve y el presente.
Difícil saber cuánto vale la historia para los habitantes de esta cápsula espacial llamada la Argentina.
¿Qué les dirán San Martín y Belgrano a cientos y cientos de pibas y pibes que hoy no saben bien qué significa la palabra futuro?.
¿Qué les diría el mismísimo presidente Mauricio Macri a semejantes fantasmas?.
Pero las fechas presentan tentaciones.
Dicen que el 25 de febrero de 1778 nació José de San Martín y que Manuel Belgrano izó por primera vez la bandera el 27 de febrero de 1812.
Sin embargo la historia argentina suele ser un manual de falsificación histórica.
“En primer término, no existe constancia alguna de que San Martín haya nacido el 25 de febrero de 1778. Si se halló una partida de nacimiento de su hermana María Elena, fechada el 18 de agosto de 1778. La misma prueba la imposibilidad del nacimiento de San Martín en febrero, ya que habría seis meses de diferencia entre ambos nacimiento”, cuenta el formidable Norberto Galasso en uno de sus estudios sobre el llamado “padre de la Patria”.
Al revisar las referencias del presidente Macri sobre San Martín, inmediatamente surge aquel error cometido, nada menos, que en el Regimiento de Granaderos a Caballo.
-Cuando Bernardino Rivadavia trajo de vuelta los restos de José de San Martín…-dijo el presidente Mauricio Macri el 18 de marzo de 2018 en un almuerzo con integrantes del cuerpo creado justamente por el líder que político que convenció a cinco mil pibes menores de treinta años a cruzar las montañas más altas de la Tierra con el objeto de pelear por la independencia y la igualdad.
Rivadavia murió en 1845, San Martín en 1850 y sus restos fueron traídos en 1880, en tiempos de Nicolás Avellaneda.
Pero lo cierto es que no asoma ninguna otra observación del presidente de la Nación sobre San Martín.
-En estos momentos de cambio de la Argentina, Manuel Belgrano es una verdadera fuente de inspiración del si se puede. Èl nunca se cansó de hacer porque creía que en el hacer estaba la solución de los problemas cotidianos – sostuvo el presidente de los argentinos, el ingeniero Mauricio Macri, el 20 de junio de 2017 en el Monumento Nacional a la Bandera, en Rosario, a la vera del Paraná.
Belgrano, en realidad, quería izar en la vida cotidiana de estas pampas y ríos infinitos la bandera de la igualdad.
El “sí, se puede” de Belgrano, en todo caso, no tiene nada que ver con la política económica que lleva adelante el gobierno nacional.
Pero el presidente no tiene demasiado interés en hablar de San Martín y Belgrano, así que es posible que nadie le recuerde que estas dos fechas, el 25 y el 27 de febrero, tienen relación con el país que todavía existe y se llama Argentina.
Sin embargo, antes que el viento huracanado del olvido sentencie la condena del recuerdo de San Martín y Belgrano, sería importante devolver sus palabras a estos días iniciales de 2019.
-Lo que no puedo concebir es que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición pero que la que sufríamos en tiempos de la dominación española. Una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer – escribió San Martín el 10 de julio de 1839 a Juan Manuel de Rosas.
Por su parte, el desesperado revolucionario que fue Belgrano, sostuvo, entre tantas otras cosas que “se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra, la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo en cambio de lo que les sobra. El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario", en “La Gaceta”, del primero de setiembre de 1813.
Aquellas palabras, aquellos hechos de San Martín y Belgrano, a pesar de Macri y sus políticas, continúan vigentes en las urgencias del presente y en las rebeldías aún por ser.
Pinturas: Ariel Mlynarzewicz
Fuentes: “Los caminos de Belgrano”, del autor de esta nota; “San Martín y la emancipación hispanoamericana”, de Norberto Galasso; y diarios contemporáneos.
Edición: 3823
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