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Por Carlos del Frade
(APe).- “Kiki” tiene un poco más de tres años y es probable que dentro de unos meses pase a una cuarta familia. El caso tiene una profunda repercusión en la provincia de Santa Fe, en especial en la ciudad capital, donde una familia solidaria quiere adoptar a él y su hermanito. Pero las leyes que superaron la idea del patronato y otras rémoras del siglo diecinueve, en el afán de no institucionalizar al niño, depositan en una jueza la decisión del destino del chiquito. Los tiempos, tanto de las distintas reparticiones del poder ejecutivo como del judicial en el estado argentino no parecen jugar a favor de la psiquis de “Kiki”. En el medio, los discursos altisonantes dan cuenta del supremo interés del niño y, al mismo tiempo, revelan el oprobio de las instituciones que deben cuidar a las chicas, chicos y adolescentes alejados de sus familias de origen y la pequeña estatura de los números del presupuesto oficial, verdadero tamaño de la importancia política que se le da a la niñez.
El tercer informe del Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia de Santa Fe, presentado en diciembre de 2017, releva las 41 Instituciones de Acogimiento que posee la provincia -el 32% estatales y el 48% conveniadas con organizaciones sociales-, y en las que se encuentran alojados 503 niños de diferentes edades -entre 0 a 18 años.
Uno de los resultados que se destacan es que el 39% del total de las instituciones relevadas se encontraban en condiciones de sobreocupación, mientras que el 44% presentaban condiciones de hacinamiento. El informe precisa que en el Nodo Reconquista “todas las instituciones se encontraban en condiciones de hacinamiento”, en tanto que en el Nodo Santa Fe “más de la mitad presentaban condiciones de sobreocupación y hacinamiento”.
Respecto de las condiciones edilicias, el 47% se encontraba en estado “regular o malo”; se detectaron “goteras, humedad, instalaciones averiadas, falta de luz natural”, entre otras falencias. El 44% de los centros carecía de ventiladores, apunta la periodista Ivana Fux en una nota reciente sobre el tema.
En cuanto a la disposición de los espacios, “el 66% no contaba con uno para entrevistas o encuentros privados”. El 44% no poseía un Salón de Usos Múltiples, y el 90% no tenía ningún tipo de adecuaciones para personas con discapacidad.
Acerca del acceso a derechos, como la salud, el 56% de las instituciones apuntó tener “dificultades para conseguir turnos médicos”, en tanto que “el 59% expresó dificultades para obtener medicamentos”. El 85% de los centros, en tanto, dijo tener problemas para acceder a “tratamientos de salud mental, a especialidades médicas y odontológicas”.
Uno de los ítems evaluados fue la articulación de las instituciones de acogimiento con los equipos de la Subsecretaría de Niñez. El 90% de los centros calificaron a esas articulaciones como “regulares o malas”. Y el 88% sostuvo que “en pocos casos” los niños allí alojados mantienen contacto o comunicación con dichos equipos.
El informe evaluó el estado de las medidas de protección excepcional y el tiempo de permanencia de las niñas, niños y adolescentes en los centros. El 71% de las instituciones afirmó que alojaban niños y niñas con medidas de protección excepcional “vencidas”. Se concluyó en que “el promedio de permanencia en una misma institución superaba el año y medio”. El propio estudio advirtió que “esa realidad lleva a la cronificación de las situaciones, la prolongación de plazos y la permanencia en las instituciones de acogimiento, significando una nueva vulneración de los derechos de las niñas, niños y adelescentes”.
Estas cifras dan cuenta de la distancia que existe entre los dichos y los hechos en relación al cuidado de la niñez y la adolescencia en la provincia de Santa Fe.
Números que, en total, representan solamente ocho de cada cien pesos destinados a niñez y adolescencia, dentro del presupuesto 2018 para los habitantes del segundo estado argentino.
Por eso el dolor de las chicas y los chicos no es casual ni consecuencia de un castigo metafísico, sino de la decisión política concreta de achicar las partidas presupuestarias para aquellos que, alguna vez, se los definió como los únicos privilegiados en estos atribulados arrabales del mundo.
Fuente: Diario “El Litoral”, lunes 19 de febrero de 2018.
Edición: 3559
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