Los que no tendrán dientes...

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Por Carlos del Frade

(APE).- Veinticinco mil pibas y pibes esperan ser atendidos en el Hospital Odontológico Infantil “Adolfo Bollini”, en la ciudad de La Plata, capital del primer estado argentino. Las listas de espera y los turnos se estiran hasta a cuatro años.

 

De los once profesionales que trabajan, cinco pidieron licencia por enfermedad, con lo que el número demuestra el interés político que tiene el estado en garantizar la mínima cobertura sanitaria a las chicas y chicos bonaerenses.

Parece no importar demasiado que sobren nenas y nenes y que falten médicos.

No suelen ser números que se discutan de manera pública.

Aunque es una cifra para el escándalo. Porque desnuda el tamaño del desprecio contra los más chiquitos.

Veinticinco mil pibas y pibes no pueden ser atendidos por los dentistas.

Algunos deben esperar hasta cuatro años.

¿Qué tipo de mirada exhibe la funcionaria o el empleado que le da un cartoncito a una mamá en donde dice que su hija o su hijo será recién atendido dentro de cuatro años?

¿Qué mecanismo generó la separación entre sentimiento y razón para que se tome como algo natural, lógico y cotidiano semejante inhumanidad?

Dios deberá multiplicarse en la provincia de Buenos Aires.

El dicho sostenido por varias generaciones asegura que “Dios le da pan a quien no tiene dientes”.

Se ve que el estado del principal territorio argentino quiere abusar de la generosidad de potestades lejanas.

"Es una situación descontrolada, tremenda. En las últimas dos décadas se ha triplicado la preocupación social por la dentadura, sobre todo en las nenas, donde una mala dentadura puede llegar hasta a producir rechazo social", explicó el director del hospital, Roberto Solá.

"Aquí vienen los que no tienen recursos y los que sí los tienen. Por una cuestión de ética profesional nosotros no podemos discriminar a nadie, por el hecho de tener o no tener obra social o recursos. Tenemos que abrir el debate sobre el sistema de salud, en el que las obras sociales y las prepagas actualmente reconocen entre poco y nada los tratamientos de ortodoncia, lo que ha generado esta altísima demanda de pedidos", agregó el médico.

Hasta no hace mucho, los once profesionales que trabajaban atendían durante doce horas a 220 chicas y chicos. Un espanto. Y como lógica consecuencia de semejante piedra sobre las espaldas de los trabajadores, cinco ortodoncistas pidieron licencias. "Algunos presentan casos de artrosis y otras enfermedades degenerativas en las articulaciones", reconoció Solá.

Dicen que el problema mayor lo enfrentan los pibes que tienen entre diez y doce años, que ante una demora como la actual, dejarán de ser considerados pacientes pediátricos cuando les toque el turno, ya que el límite son los 14 años. Pero el crecimiento de la demanda tiene otras razones: “el aumento de las anomalías congénitas, la mala alimentación, los vicios masticatorios, el exceso de uso del chupete y la mamadera y la presencia de bruxismo (rechinar nocturno de dientes)”, sostiene la información periodística.

Los que no tendrán dientes son los mismos que no tendrán educación ni trabajo legal, según las estadísticas que también explotan en las necesidades que se acumulan en los pasillos de los hospitales.

El estado de la provincia de Buenos Aires ha decidido poner en riesgo la existencia divina.

Multiplicará pibas y pibes sin dientes y entonces se sabrá quién es realmente la entidad rectora de la vida de las mayorías en estas pampas desmesuradas.

Fuentes de datos: Diarios La Nación 20-07-06 / Crónica y La Prensa 25-07-06


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