Pérez Corradi, la derrota de Belgrano

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Por Carlos Del Frade

(APe).- “Desengañémonos: jamás han podido existir los estados, luego de que la corrupción ha llegado a pisar las leyes y faltar a todos los respetos. Es un principio que en tal situación todo es ruina y desolación, y si eso sucede a las grandes naciones, ¿qué no sucederá a cualquier ramo de los que contribuyen a su existencia?. Si los mismos comerciantes entran en el desorden y se agolpan al contrabando, ¿qué ha de resultar al comercio?; que se me diga, ¿qué es lo que hoy sucede al negociante que procede arreglado a la ley?. Arruinarse, porque no puede entrar en concurrencia en las ventas con aquellos que han sabido burlarse de ella”, escribió Manuel Belgrano, el secretario del primer gobierno revolucionario, el creador de la bandera esperanza y que murió en la pobreza condenado por las banderas de igualdad, revolución de independencia que nunca dejó de enarbolar.

Agregó que “la repartición de las riquezas hace la riqueza real y verdadera de un país, de un estado entero, elevándolo al mayor grado de felicidad, mal podría haberla en nuestras provincias, cuando existiendo el contrabando y con él el infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria”.

196 años después de su muerte, en el país que ayudó a inventar, la corrupción, el contrabando y el monopolio siguen formando parte de la vida íntima y cotidiana de la política y la economía.

En estas horas que deberían servir para recuperar esa existencia revolucionaria, no es casual que se hable de la captura del cerebro del triple crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, uno de los tantos que crecieron por la trama denunciada por Belgrano y agigantada con el paso del tiempo y el desprecio por las ideas de aquellos que construyeron la Argentina.

-El Presidente está contento, es el fin de la impunidad – dijo la ministra de Seguridad de la y Nación, Patricia Bullrich, en relación a la detención de Pérez Corradi.

Si realmente el presente argentino frena su loca dinámica en esos momentos rojos del almanaque que marcan los feriados, aquella frase de Belgrano debería servir para pensar que lo del detenido es la expresión visible de aquellos negocios engordados y paridos por la corrupción, el contrabando, el monopolio y, especialmente, por falta de la repartición de las riquezas de las que hablaba desesperadamente aquel general que despreció fortunas individuales en homenaje al futuro de los que poblaran estas tierras de dimensiones bestiales.

Pérez Corradi es la síntesis de la derrota de Belgrano.

Que la muerte del hacedor de la bandera esperanza coincida con la detención de uno de los tantos que agigantó su patrimonio con el negocio paraestatal del narcotráfico a partir del rubro de la efedrina, parece una confirmación de la distancia que hay entre aquellos sueños colectivos inconclusos y el presente cosido por urgencias varias.

Que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hable del fin de la impunidad por la detención de este hombre es una provocación para la inteligencia de muchos y el dolor de cientos de familias que lloran a sus pibas y pibes estragados por las sustancias que los convierte en consumidores consumidos o en soldaditos inmolados en el altar del dios dinero, como repite esta columna desde hace años.

Corrupción política y gubernamental, decía Belgrano, abre las puertas para el contrabando y, por lo tanto, para la economía paralela, moldeando el monopolio o los oligopolios de negocios ilegales como las armas o las llamadas sustancias psicoactivas.

Pérez Corradi es la expresión individual de un negocio multinacional que fue impulsado por las decisiones judiciales y políticas de Estados Unidos, Canadá y México que, a partir de 2006, prohibió la importación de este producto. Desde ese momento, Argentina fue elegida para suplir al gobierno azteca y comenzó la llegada masiva de efedrina procedente de la India. Los narcos mexicanos comenzaron a pagarle a tipos como Pérez Corradi.

¿Qué impunidad finaliza con su detención, ministra Bullrich?. Quizás la de una pequeña banda que traficaba efedrina pero no la trama de corrupción, contrabando y monopolio, como denunciaba Belgrano, que sigue viva e intacta de tal manera que el negocio ilegal del narcotráfico ha aumentado casi un 65 por ciento en los últimos años, según consigna el último informe del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.

En medio de actos que recordaron la muerte de Belgrano en medio de la pobreza, la detención de Ibar Pérez Corradi demuestra la vigencia del pensamiento de la hacedor de la bandera esperanza, aquel que analizaba que la corrupción favorece al contrabando y los monopolios, claves esenciales para entender la fortaleza del negocio paraestatal del narcotráfico.

Fuentes: “Los caminos de Belgrano”, del autor de esta nota; diarios “La Nación”, “Clarín” y “Uno de Santa Fe”, versiones digitales, del domingo 19 de junio de 2016.

Edición: 3178


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