¿Qué es amor?

|

Por Alberto Morlachetti

(APE).- En las primeras horas de la mañana del siglo XX el socialismo en Rusia conmovió al mundo, la esperanza vivía su “fiesta de resurrección”. Parecía ser cierto aquello que señalaba Carlos Marx, los trabajadores aparecen como los últimos que han sido esclavizados, “como la clase vengadora que lleva hasta el final la obra de liberación en nombre de generaciones vencidas” señalaba Walter Benjamin. La poesía celebraba Octubre con un Borges de años mozos: “pájaro rojo vuela un estandarte”.

 

Las ideas que fascinaron al mundo se disiparon en nuestras miradas como estrellas errantes convertidas en fantasmas. La ilusión de una nueva sociabilidad, de transformación humana, de quitarle al rico para darle al pobre, comenzaron a verse como simples memorias “de un pasado imprudente”.

Una madre coraje en el desastre de las rondas de hambre en Tartagal -donde nunca hay luna con jazmín- decía antes de ayer: “Los chicos dejan de llorar cuando comen”. Y este asunto no es nada en medio de la catástrofe generalizada de cada día. Es la hora de la verdad o si se quiere de la resignación ante la realidad. Es cuando expresan que no hay remedio, que los intentos de ajustar al mundo hacia lo equitativo “pertenecen a la poética y al desván de las buenas intenciones”. Hay que tener una entereza y una “soberbia civilizada” para no dejarse llevar por la culpabilidad.

Los economistas utilizan a Hobbes y la metáfora del lobo -el hombre es lobo del hombre- tan querida por los ingleses, herederos aventajados de la Enciclopedia. De acuerdo a ella el mercado es la única realidad económica, y el juego de la oferta y la demanda traduce una cierta condición humana que es el sustento de nuestra “civilización”.

En Santo Tomé el “viento de la angustia de los niños lejanos, de las mujeres lejanas, bajó la muerte brutalmente alada”: un bebé de dos meses falleció de hambre el 8 de abril: "Le estaba dando de mamar y se quedó dormido" susurraba la mamá de 25 que ni siquiera se atreve a preferir la nostalgia.

En la ciudad de Santa Fe el viento es más lento -escribe Juan L. Ortiz- terriblemente lento y como circular, de la desesperación cercana: 1 de cada 3 niños tiene hambre.

Nietzsche preguntaba ¿Qué es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es anhelo? ¿Qué es estrella? Éstas son las preguntas del último hombre, y parpadea.

Fuentes de datos: Diario La Capital - Santa Fe 10-04-06 / El Consultor Web - Santa Fe 11-04-06 / “Telenoche” Canal 13 10-04-06 / Coordinación Regional Santa Fe - Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo

 


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte