Vigencia de la narcopolicía

Por Carlos Del Frade

(APe).- La narcopolicía goza de buena salud en la provincia de Santa Fe. Las noticias dan cuenta del accionar mafioso en distintos lugares de la monumental geografía con forma de bota en el territorio argentino. Sin embargo se habló poco y nada durante la campaña política que desembocó en las elecciones generales del domingo pasado.

Uno de los hechos sucedió a principios de semana.

El juez federal Nº 2 de Santa Fe, Francisco Miño, indagó a cuatro detenidos el fin de semana en Laguna Paiva, en un mega operativo antidroga. Entre ellos, está el supuesto líder del grupo, un policía de 36 años que cumplía funciones en la Unidad Regional II de Rosario.

La pesquisa está a cargo del fiscal federal Walter Rodríguez, tras una denuncia del propio intendente de la ciudad, Rodrigo Fernández, quien ahora pidió protección judicial por temor a represalias. En el procedimiento se incautó gran cantidad de marihuana y cocaína, cuatro armas y una cantidad de proyectiles y municiones de guerra que sorprendió a los investigadores. El secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad, Ignacio Del Vecchio dijo que "si hay otro policía involucrado en el narcotráfico vamos a investigar hasta las últimas consecuencias".

Para el diario “Rosario/12”, las detenciones “se produjeron a una semana de otro allanamiento en la localidad de San José del Rincón, donde el fiscal Rodríguez logró "pruebas contundentes" para avanzar en el caso del camión de Arroyo Leyes que la Policía santafesina presentó en noviembre del año pasado como un golpe al narcotráfico, pero que era una puesta en escena. En esa causa ya hay doce policías imputados y tres de ellos presos: un sargento y dos comisarios”.

Por otro lado, Pablo Cejas, sargento del Comando Radioeléctrico, herido en un reciente tiroteo en la localidad de Recreo, muy cerca de Santa Fe Capital, aseguró que en algunos lugares de la ciudad tienen “prohibido tocar algunos lugares donde se venden drogas” y que además reciben “órdenes de no meterse con los narcos”.

-No me pudieron callar con balas y ahora lo quieren hacer con mi estómago, sacándome mi salario – agregó Cejas, en diálogo con el diario “El Litoral”, encerrado “en su casa de barrio Guadalupe. Teme por su vida y está totalmente convencido de que el ataque fue obra de sicarios enviados por sus propios jefes”, informa el vespertino santafesino.

-Me quieren apartar de la fuerza. Me abrieron un sumario administrativo y me pidieron que me presente hoy con mi arma reglamentaria y mi credencial. Pero yo no puedo ni salir a la vereda y esta gente pretende que yo me cruce toda la ciudad. Además, a mi pistola, por alguna razón, ya me la sacaron. Se la llevaron junto a mi chaleco, sin seguir la cadena de custodia, por lo que tranquilamente pudieron ser adulterados. Hasta la moto fue secuestrada y trasladada hasta la División Judiciales. Que vengan ellos. Si les da la cara, que lleguen hasta mi casa el encargado del sumario administrativo y el jefe de unidad a querer quitarme la credencial. No se las voy a entregar, se las voy a tirar en la cara. La credencial no es chapa de guapo. Yo voy a seguir siendo Pablo Cejas si no la tengo. Soy policía circunstancialmente y estoy podrido de toda esta corrupción, de ver a la juventud destrozada por la ‘falopa’ que nosotros tenemos que combatir... Y no nos dejan. Estoy cansado de ver cómo algunos jefes cambian autos, casas. Yo heredé la vivienda de mi viejo, tengo tres hijos, el mes que viene voy a ser abuelo de una nena. Vivo de mi sueldo y no tengo ningún tipo de contención. No se acercó nadie a darme una mano. No vino un médico, ni un psicólogo. Sólo mis compañeros que estuvieron conmigo en la calle me apoyan – remarcó el suboficial santafesino.

Mientras tanto, los últimos días de la campaña política languidecieron entre un mar de dinero gastado por los grandes partidos políticos, mientras las discusiones en torno a la complicidad política con el narcotráfico y otras mafias prácticamente no fueron tocadas. En la vida cotidiana de los santafesinos, los hechos de Laguna Paiva y las denuncias del sargento Cejas, reflejan mucho mejor la realidad que cualquier spot propagandístico.

Edición: 2936