54% máximo, letal e inmóvil

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 Por Alfredo Grande

“Cuando el Estado se opone a la violencia no es para suprimirla, sino para monopolizarla”
(Sigmund Freud)

“Si el relato kirchnerista señaló hasta el hartazgo que “Néstor no es el Che” ¿Por qué esta huelga tendría que ser el cordobazo?”
(aforismo implicado)

(APe).- La verdad es que yo tampoco me dí cuenta, debe ser porque no soy un estudioso. De lo que me di cuenta es de la institucionalización de una Razón Chantajista, en la cual toda crítica, toda dinámica opositora, todo ensayo de cuestionamientos de forma y de fondo, queda bajo el ominoso manto de neblina y gomina de los infames traidores a la patria. El martilleo constante de la política de la denigración, de la calumnia, de la lisa y llana generalización mentirosa, ha logrado una novedosa y aggiornada Arca de Noé donde caben al menos dos de todas las especies.

Desde la izquierda clasista hasta el fascismo residual, nostálgico y vengativo. El rostro macabro de una Opo y una Opa dispuestas a que la sangre derramada sea nuevamente negociada. Si los que están en la bolsa de hoy fueron abnegados aliados de ayer, peor para ellos. Quien saque los pies del plato que no se queje si le cortan los dedos. El Gran Relato señala que a la izquierda del kirchnerismo está la pared. Ni siquiera una muralla, menos una Gran Muralla, apenas una pared. Entonces la conclusión es única y contundente: al resto del mundo, al menos de este mundo, solo le queda un lugar en el mundo: la derecha. Pero como son muchos en ese incómodo lugar, cada vez se corren más al interior del coche, o sea, al extremo posterior. Desde ya, el mandamás del Arca de Noé Opositora es Magnetto. El Gran Relato ha decidido que no hay tonos de grises, ni siquiera diferentes colores en el arco iris de la política. La remake del “Braden o Perón” es “Kirchner o Magnetto”.

Como toda polaridad, siempre es atractiva. “¿A quien querés más: a tu mamá o a tu papá?” pregunta la tía psicópata para llevar agua para el molino de su hermano o hermana. Los acuerdos de ayer quieren ser borrados con la furia de hoy. Lo sabemos. Nada peor que un divorcio contrariado cuando nos habíamos amado y apoyado tanto. Magnetto y el Grupo Clarín son golpistas, lo sabemos al menos desde la presidencia de Illia, pasando por Alfonsín. No recuerdo la posición del Grupo en la época de Isabelita, y no tengo tiempo de googlear para ostentar sabiduría.

Pero la verdad, no me importa. Recuerdo que sostuvieron la dictadura genocida y con eso, basta y sobra. Por eso conviene olvidar para que el Gran Relato sostenga consistencia, los acuerdos entre el Gobierno K y el Clarinete antes de la 125. Desde ya, ningún capitalismo, ni siquiera el serio, puede combatir a todos los monopolios. La concentración de la riqueza y el poder es el devenir inevitable por eso es un mito urbano que la riqueza pueda distribuirse cuando se permite acumularla. Ahora el Gran Relato que siempre se renueva, diferencia entre piquete y apriete. Y hace bien: el apriete del aparato de gobierno es impresionante. No hay piquete, ni siquiera el piquete de ojos del inolvidable indio Comanche, que pueda resistir. Y si hablamos de amenazas, entre pautas publicitarias y anatemas de cartas abiertas y televisión pública cerrada, ni el gran Nicolino Locce se hubiera salvado de recibir algún castañazo. Uno de los principales guionistas del Gran Relato hace años amenazó y apretó con el anatema de “izquierda siniestra” la protesta de un gremio ferroviario. Lástima que no habló de “subsidios siniestros” luego que un tren se estrellara contra el andén en estación Miserere. La absoluta indiferencia con las víctimas y familiares supera a mi criterio a la de Aníbal Ibarra con los familiares de la masacre de Cromagnon. Bueno, al menos la empata. No se como calificar la impunidad monstruosa de Jaime. No diría que es siniestra, mas bien la pienso como diestra, de extrema destreza para el arte del zafe permanente.

La que también parece que zafa es Telefónica, ya que el Gran Relato no la vincula con Telefé. Pero lo mas grave es que cada uno de los sectores enfrentados, empiezan a designarse como Patria. Hoy varios recordaron las palabras de Evita cuando les decía a los obreros en huelga que hacerle una huelga a Perón era estar con la anti patria. Moyano dice que los trabajadores son Patria. Supongo que la Patria somos todos, y lo mejor que nos puede pasar, es que no lo sea ninguno. Los anarquistas decían que cuando el Estado sale a matar, se hace llamar Patria.

Tratemos de no imitar estos pésimos ejemplos. Aceptemos el conflicto político social como inmanente a una cultura no represora. Si hablar de lucha de clases puede resultar un arcaísmo para los que se enorgullecen de su postmarxismo, al menos aceptemos que la pugna de intereses está llegando a una “ascensión de los extremos” peligrosa. Para el Gran Relato, todo se reduce la polaridad “leales vs traidores”. Por supuesto que los traidores son tan leales como los leales, pero hay lealtades antagónicas. Alguna vez habrá un Día de Las Lealtades, porque un baño de diversidad democrática siempre viene bien. La monogamia política ensucia a las mentes más brillantes. El delirio re re eleccionista es la consecuencia inevitable. Insistir con el 54% como fuente de toda razón y justicia, es algo así como la impunidad para gobernar. Que todo se reduzca a votar diferente en las próximas elecciones, es un reduccionismo absolutamente funcional a la derecha. ¿Esperamos tres años que Macri deshaga Buenos Aires? Tanto discurso arrepentido sobre la caída de la representación, la idealización de la pueblada del 2001 y terminar con la urna marchita invocando el sacramento republicano de la intermediación popular en representantes-funcionarios, la mayoría liberales conversos. Es una letanía letal porque reduce el poder popular, necesario para enfrentar a los variados “magnetos” que soportamos, en legionarios de la cruzada “urnas para todos”. La política en su desnutrida expresión de elegir como aspiración de máxima.

Y con la consecuencia nefasta de clonar la participación popular, que nunca es de pura espontaneidad, lo que no significa que siempre sea aparateada, en seguidismos y obsecuencias diversas. “Ya no ladran Sancho, hace tiempo que no cabalgamos”. Apenas nos arrastramos. Siempre amenazados con la catástrofe de Europa, los planes de exterminio del Imperio, las malévolas redes sociales al servicio de las fuerzas destituyentes, el terror de volver a las ruinas del 2001, la vecindad de las momias del fascismo, el peligro de ser funcional a la sociedad rural.

De la sociedad plural pocos se acuerdan, porque la pluralidad quizá no sea compatible con la obsecuente lealtad. “Yo o el caos” parece ser la continuación de “El Estado soy Yo”, que se atribuye a Luis XIV, aunque algunos aseguran que lo dijo Menem. Pluralidad, diversidad, conflicto político y social, poder popular, presentantes del pueblo y no representantes del privilegio. Ningún enemigo del Gobierno se convierte en mi amigo ni en mi aliado. Pero tampoco puedo ver a este Gobierno como amigo cuando tolera y auspicia y es cómplice de haber defenestrado al último camporista para sostener la inmaculada gestión del Amado. Pero acabo de recibir un mail con el remitente Cristina Fernandez de Kirchner. El asunto dice: “los argentinos debemos avanzar todos juntos”1. Discrepo. Con muchos argentinos no avanzo y mucho menos juntos. La subjetividad, al menos para mí es el decantado identificatorio de la lucha de clases. Y desde esa concepción teórica y política no hay “todos” que valga.

 

 


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