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Por Sandra Russo
(APE).- Llueve en Santiago del Estero. Llueve y llueve, como repetía Serrat en su Balada de Otoño. Pero en Santiago del Estero, cuando llueve sobre barriadas pobres, hay dramas. Alicia del Carmen Góngora se llama una mujer. Es madre de tres hijos: Fernando Daniel, de 9 años, Ramón Ernesto, de 7, y Lucía del Valle, de 5. Los cuatro no tienen una casa, sino un remedo de casa, una réplica de casa, algo semejante a una casa. Y cuando llueve, y cada vez que llueve, el agua barre con todo lo que tienen. Alicia dice: “Señor, quiero que me ayuden. No tengo nada. La lluvia me llevó lo poco que tengo. No tengo trabajo. Sólo hago changuitas lavando ropa”. No es un rezo, no se lo dice a Dios. El señor al que se dirige Alicia es un periodista del diario El Liberal, al que ella fue a pedir ayuda. Ella, como otras mujeres pobres, no se resigna. No sufre para adentro. Quiere gritar y busca interlocutores. Y logra que la acompañen hasta su casa.
La casa está ubicada en Chejolao y Ecuador, en el barrio Avenida. Es un cuarto, en realidad. Una pieza de menos de cuatro por cuatro. El hogar de Alicia y de sus hijos. Todo junto, todos juntos. Una fuente vieja es usada para preparar las brasas. Y cuando no hay qué comer, cosa que sucede muy a menudo, los cuatro van a un comedor cercano, donde comen los chicos. Alicia no.
El periodista de El Liberal dice que Alicia lo mira a los ojos cuando habla. Agrega que se para firme, que tiene garra, pese a su delgadez. “Señor, quiero que me ayude”, repite ella, una vez, otra vez, otra vez, como una letanía. Ella es apenas una más entre tantas de las que ven, con cada lluvia, irse lo poco que han juntado. Una más que desespera. Pero Alicia del Carmen Góngora, a fuerza de gritar y de rogar frente a un desconocido en un periódico, lo que consiguió es un testigo que fue y miró y dejó constancia, y así es que ella, ahora, por su intermedio, sigue pidiendo ayuda. ¿La escuchan?
Fuente de datos: Diario El Liberal - Santiago del Estero 05-12-05
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