En un país en serio...

|

Por Néstor Sappietro

(APe).- Si no me falla la memoria fue por los ’90 cuando la escuché por primera vez. Creo que fue Neustadt, quien dirigiéndose a “doña Rosa”, mientras hacía su apología de las privatizaciones, solía utilizar la muletilla “En un país en serio...”, para después completar la frase proponiendo privatizar cualquier cosa que fuera del Estado: teléfonos, aviones, energía, trenes, buzones... Siempre después de la frase “En un país en serio...” 

 

Vale aclarar que las multinacionales, provenientes de “los países en serio” a los que hacía referencia el periodista, se fueron quedando efectivamente con nuestras empresas para exprimirlas, quitarles el jugo y dejarnos cáscaras secas.
Con el paso de los años, quizás, en homenaje a su mentor, la muletilla pasó a ser propiedad de los comunicadores de derecha... Los Hadad, los Feinmann (Eduardo), recurren a ella invariablemente para referirse a los piquetes, a la inseguridad, a las manifestaciones...
Tanto han machacado con la frase que terminó trasladándose a la audiencia, y hoy aparece en los llamados de oyentes a la radio o en la conversación callejera acompañando las propuestas más fascistas: baja en la edad de imputabilidad, pena de muerte, represión, más policía...
Todo eso, según estas voces, sucede en los países en serio.

Habría que empezar a reivindicar la frase “En un país en serio...” para aplicarla en lugares más solidarios, donde efectivamente hace falta un país en serio.
El informe que llega desde la provincia de Salta podría ser un primer paso para redimir a la frase:
Gladys Pernas, la Jefa del servicio de Recuperación Nutricional del Hospital de Niños Jesús de Praga de la ciudad de Salta, relató cómo niños menores de un año, desnutridos, no alcanzan la altura esperada para su edad: son los “enanos desnutridos”.
La médica explica que el 35 por ciento de sus pacientes está desnutrido, o sea que tres de cada diez chicos que concurren al hospital está afectado por esta enfermedad. Entre ese 35 por ciento, entre los adelgazados o emaciados, “están los cortos, los acortados, los enanos nutricionales”.

En Argentina mueren por día 12 niños a causa de la desnutrición.
Tres de cada diez pibes que concurren al hospital están desnutridos.
Esto no debiera suceder en un país en serio.

“En la edad pediátrica, la persona necesita más comida porque es cuando más crece; donde la multiplicación celular es infinita. Si no tengo lo necesario para esa multiplicación, en lugar de crecer tres centímetros por mes, voy a crecer uno, porque me faltaron los nutrientes para esta multiplicación”, explica Pernas.
Con dolor, al borde de las lágrimas, la médica subraya: “Los niños no cenan... Meriendan, si tienen con qué... Y la cena es una fantasía”.
La doctora Pernas detalla las razones por las cuales estamos tan lejos de ser un país en serio: “La pobreza, la miseria, la falta de dinero hace que ese niño enfermo no pueda recibir ni siquiera el tratamiento, porque el primer tratamiento de todo niño enfermo es la comida”.
“Si tengo a toda la Argentina poblada de alimentos, y los chicos que llegan a mí, además de estar enfermos, no están alimentados, bueno, yo voy a tratar de entenderlo de esta forma: el reparto no está bien dado”.

Ahora que nos apropiamos de la muletilla vamos a usarla donde creemos que corresponde.
En un país en serio los pibes no se tienen que morir de hambre.
En un país en serio los bebés no tienen que nacer en estado de indefensión con daños irreparables como retraso mental, bajo peso, talla y dificultades de aprendizaje.
En un país en serio, la vida de estos pibes tendría que ser eje de toda campaña electoral para que esta sea una celebración de la esperanza y no la consolidación del desencanto.
En un país en serio, nada, absolutamente nada, sería más urgente.

Fuente de datos:
Terra Noticias / Video de Telefé 17-06-09

Edición: 1539


Suscribite

Suscribite al boletín semanal de la Agencia.

Sobre la fundación

Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.

Sobre la agencia

Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte