El cambio que nunca empieza

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Por Alfredo Grande

(APe).- Una de las estrategias de la cultura represora consiste en borrar con el codo lo que se escribe con la mano. O escribir, en aquellos que disfrutan de su condición de ambidextros, cosas diferentes con cada mano. O propiciar una mano de cal y otra de arena. O insistir con que “a dios rogando y con el mazo dando”. O afirmar, imperturbable, que “soy ateo, gracias a dios”. Denominar a un dictador genocida presidente de facto es otra de las formas de la falsedad, porque se afirma algo que no es verdad, pero tampoco es mentira.

 

“Muerden sancho; señal que no quieren que cabalguemos”

(Aforismo implicado)

Suman a gendarmes y policías retirados. 
El plan del Gobierno nacional, por ahora, es para provincia de Buenos Aires y Mendoza. Niegan intención electoral. 
Las provincias de Buenos Aires y Mendoza recibirán del Gobierno nacional unos 400 millones de pesos para implementar un plan de refuerzo de la seguridad ciudadana. 
El programa incluye la incorporación de 4.000 efectivos retirados de la Policía, la asignación de 1.500 nuevos gendarmes para operaciones específicas, la entrega de 500 patrulleros, y equipos de monitoreo satelital (GPS), la instalación de 5.000 cámaras de video en las calles y la creación de centros municipales de operaciones en los municipios. 
Al presentar el plan, la presidenta Cristina Fernández aclaró que más allá de los aportes tecnológicos y de recursos humanos que incluye la propuesta, la problemática de la inseguridad "tiene un fuerte contenido social". "Que la gente tenga trabajo, que ese trabajo sea calificado y con un buen ingreso es central para garantizar la seguridad. Sin trabajo, con gente mal paga, no hay plan, ni GPS, ni patrullero que alcance", advirtió la jefa del Estado. 

(Diario La Nación 28-03-09)

(APe).- Una de las estrategias de la cultura represora consiste en borrar con el codo lo que se escribe con la mano. O escribir, en aquellos que disfrutan de su condición de ambidextros, cosas diferentes con cada mano. O propiciar una mano de cal y otra de arena. O insistir con que “a dios rogando y con el mazo dando”. O afirmar, imperturbable, que “soy ateo, gracias a dios”. Denominar a un dictador genocida presidente de facto es otra de las formas de la falsedad, porque se afirma algo que no es verdad, pero tampoco es mentira. En los tiempos de lo posmo, nadie busca la verdad y a nadie la preocupa la mentira. El ideal de la cultura represora es consagrar la falsedad como modo de transmisión cultural. Y la falsedad es ambigüedad, o sea, la confusión. Ni siquiera podemos decir que es un cambalache, porque en algunos sectores de la vidriera todo está ordenado, en su medida y armoniosamente. Lo políticamente desesperante es que frente a la ambigüedad, la reacción es la parálisis. Y el abatimiento. ¿Qué me habrá querido decir?, ya que pocas veces hay tiempo para decir: ¿me repite la pregunta? Ambigüedad, confusión, parálisis, y mucho antes de entrar al cuarto oscuro. En realidad, lo más oscuro está fuera del cuarto, empezando por el esfuerzo para reclutar presidentes de mesa, a los cuales hay que convencerlos con algunas monedas, sin pretender vencerlos porque el orgasmo cívico de contribuir al mejor éxito de los comicios se ha perdido hace tiempo. En su novela “1984” el genial George Orwell nos explica el procedimiento del “doble pensar”. En “antiguos” libros sobre psicosis, se explicaba que el doble vínculo tenía un efecto esquizofrenizante. Este tipo de mensaje paradojal se observa cuando dos niveles de la comunicación son contradictorios, pero aparecen en forma simultánea. Por ejemplo: decir te amo pero con un tono de voz amenazante. Decir: vení que te ayudo, mientras aprieto la mano sin misericordia. Pero hay un agregado necesario: el doble vínculo lo padece aquel que está en una relación de sometimiento. No puede deshacer la estructura de poder que formula el mensaje paradojal, y por lo tanto, como única respuesta posible, se disocia. Esta disociación que en sus vertientes más extremas lleva a la tragedia de la esquizofrenia, la denominada santísima gobernabilidad le da nombres más piadosos: colectoras. O sea: una especie de ley de lemas a la criolla. Cada uno tiene la colectora que se merece, o que no se merece, siempre confluyendo a la autopista central. Que está pensada como Colectora de Colectoras, o sea, Frente y Transversalidad. El Cobos-Orozco al no poder votar por la positiva, hizo añicos no solamente la 125, sino el mito de la pluralidad K. Por lo tanto la profundización del cambio, como reclama Carta Abierta, solamente es posible y deseable por izquierda. Porque también el cambio se puede profundizar por derecha, es decir, consolidando al partido justicialista y saludando el regreso de los muertos vivos. Radicalismo: levántate y anda, parece que dijo el padre de la democracia, catapultado por efecto del discurso mediático, a la eternidad de una casa siempre en orden. La bipolaridad maníaco depresiva “justicialismo-radicalismo”, sería la peor herencia de las jornadas de diciembre 2001. Fustigar a la izquierda toda por demasiado real o por demasiado abstracta, pero alentar izquierdas pret a porter para ser la pata zurdita del modelo, tiene la inocultable falsedad de todas las operaciones de prensa. Hace demasiado tiempo que sabemos que no se puede servir a dos amos. Si el amo es el pueblo, no podemos reprimirlo. Si el amo son los grupos más concentrados de la economía, no podemos prometer pleno empleo y redistribución de la riqueza. Y si lo hacemos en forma simultanea, el efecto va a ser el “sí pero no” acompañado por el “no pero sí”. Parálisis, confusión, desesperación. Un 6 a 1 que nos deja perplejos, pero todos los días y en cualquier momento. Bonasso, el kirchnerista que ya fue, lo expresó con claridad al no poder impulsar el tratamiento legislativo de la ley de bosques. El veto presidencial a la ley de protección de los glaciares completó el panorama paradojal. ¿Acaso Tartagal no expresa que los problemas de seguridad afectan, además, al ecosistema? Aceptemos que los glaciares, los bosques, el agua, el aire, no tienen sensaciones. Decisiones de este tipo le dan aire a una derecha ecocida y genocida que ha pactado con monsanto y mondiablo hace décadas. ¿Reincorporar policías exonerados, aunque sea por faltas menores (¿menores a qué?), militarizar el conflicto social, criminalizar a menores que han sido construidos como asesinos por naturaleza, tiene algo que ver con cualquier forma de entender el “nunca más”? La contradicción simultánea lleva a la locura y a la desesperación, como hace no demasiado tiempo padeció el Chacho Álvarez, siendo el vice del Chupete Maldito. Por suerte para él se ha recuperado, pero no conviene burlarse del diablo. Más temprano que tarde, el discurso de la ambigüedad se resuelve trágicamente, y la masacre de Ezeiza lo testimonia para siempre. Décadas después del derrumbe de la patria socialista que tampoco fue, será muy doloroso comprobar que algunos cambios nunca empiezan.

Edición: 1482


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