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Por Sandra Russo
(APE).- El hombre se llama Marcelo Germano y es Director de Acción Social de la Municipalidad de Quilmes, el populoso partido del conurbano bonaerense. Pero ese hombre que se llama Marcelo Germano y cuya responsabilidad, según se desprende del cargo que ocupa, debería ser atender las demandas urgentes e ineludibles de los pobres (por que sin eufemismos, cualquier “Director de Acción Social” de lo que se debe ocupar es de eso), pareciera más bien un botánico, un decorador de interiores o un camionero puesto por el azar de las circunstancias a hacer declaraciones sobre los faltantes en las bolsas de alimentos que distribuye el municipio.
Fue entrevistado por Radio Quilmes ante las reiteradas quejas de la merma en productos esenciales: según los vecinos, en los bolsones que recibieron últimamente no había leche, ni polenta, ni fideos. Es comprensible la furia de esas quejas, toda vez que esos productos son la base de la dieta diaria de todos ellos, y porque no hace falta explicar que la leche, la polenta y los fideos no fueron reemplazados por colitas de cuadril envasadas al vacío, sino por un par de latas de arvejas y alguna de Corned Beef.
Pero el funcionario Germano se limitó a explicar que “Lo que tengo entendido es que el único faltante fue la leche. Polenta no estamos entregando. Fideos puede ser que estén faltando. En las dos últimas ayudas directas no se entregó polenta. Se suplantó con dos clases de variedad de fideos y repuesto de aceite”, dijo. En rigor, si uno analiza estas declaraciones por demás contradictorias, puede deducir que lo que dice el funcionario es que la leche es lo único que se volverá a dar. Pero la ligereza y la impericia con la que un Director de Acción Social habla del tema, lleva a sospechar que en los bolsones de alimentos entra lo que haya, lo que se tenga administrativamente a mano, y que no hay nadie en ninguna parte preguntándose cómo hace una familia pobre para comer un mes.
La semana pasada, a cada familia compuesta por cuatro integrantes les dieron dos botellas de aceite, un kilo de harina, dos latas chicas de arvejas y dos latas de picadillo, dos latas de Corned Beef, una lata de porotos, una bolsita de cacao y un frasco de mermelada de durazno.
“Lo que tenemos dentro de los planes es una variación de 15 o 20 productos, cuando nos falta un producto, lo reemplazamos por otro. Cuando nos faltó la leche dimos dulce de batata y otros productos. Siempre tratamos de reforzar los recursos que tenemos y en algunos casos, de acuerdo a la cantidad de chicos en cada hogar, de reforzar la entrega”, abunda Germano.
Uno se queda con la duda de si lo nombraron Director de Acción Social o Administrador de un chiquero.
Fuente de datos: Quilmes a Diario 24-01-06
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