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Por Sandra Russo
(APE).- Sobre un total de 15.000 alumnos de los niveles EGB y II de Concordia que fueron encuestados por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), un 54% tiene edad escolar inferior a la biológica. Es decir: atrasan.
Estos datos surgen en una ciudad en la que de 36.000 chicos de entre cinco y 14 años, 27.000 (el 75,7%) son pobres. Es decir: los que fueron encuestados, todavía, están atados con alambre a un tren que de todas maneras más temprano que tarde va a dejarlos de a pie. Pueden tener diez o doce años y estar todavía intentando descifrar las letras con las que nunca alcanzarán a formar palabras. Les está siendo anunciada, en ese atraso, su propia indefensión, su perenne intemperie.
Stella Maris Rivero, titular de la seccional Concordia de AGMER, indicó que “lejos está la política educativa y la sociedad de ser capaz de filtrar este estado de cosas, asimilarla y hacer una devolución constructiva en el desarrollo del chico. También nos debemos preguntar dónde el Estado y la sociedad han puesto el dinero para que no caigan las familias en esto”. “Esto” implica, por un lado, los 800 carros de cirujeo y los 460 hornos de ladrillo donde trabajan chicos. Pero “esto” por otro lado implica también que en esas aulas en las que ya desde la primera infancia se van tallando los desniveles que se prolongarán toda una vida, lo que se está gestando cada día, en cada caso, uno por uno, chico por chico, deserción tras deserción, pupitre vacío tras pupitre vacío, desesperanza tras desesperanza, es la inequidad.
En una ciudad en la que el 75,7% de los chicos menores de 14 años son pobres, no hace falta mucha imaginación para completar ese paisaje desolador con padres y madres ya deshechos y expulsados de todo aquello que pueda llamarse “sistema”. Pero en rigor, ese “sistema” que los mantiene a todos ellos, menores y mayores de edad, mirando por la ventana de una casa a la que jamás accederán, funciona como funciona no porque no pueda absorber los restos, que son esos pobres, sino precisamente porque produce restos, porque fabrica pobres, porque en su génesis de riqueza mal parida late, siamesa de esa riqueza, la miseria de tantos.
Fuente de datos: Diario Análisis Digital - Entre Ríos 26-07-05
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