Continuidad de la triple infamia

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Por Carlos del Frade

(APE).- “Cuando nuestros guerreros vuelvan de su larga y victoriosa campaña... podrá el comercio ver inscriptos en sus banderas victoriosas los grandes principios que los apóstoles del librecambio han proclamado para mayor gloria y mayor felicidad de los hombres, porque también esos principios han triunfado”, dijo Bartolomé Mitre luego de la masacre consumada en Paraguay entre 1865 y 1871, junto a los representantes de las burguesías brasileña, uruguaya y argentina, bajo la orden del imperio británico.

 

Los principios del librecambio han triunfado, dijo Mitre.

Casi un millón de muertos: “Nada puede dar una idea de esta guerra como las cifras. Al iniciarse la lucha, Paraguay tenía un millón trescientos mil habitantes. Cinco años después, la población quedaba reducida a 350 mil, la mayor parte mujeres. Ni en los tiempos antiguos, ni en los tiempos modernos, la historia registra nada semejante”, dice el investigador Rufino Blanco Fombona.

Para el mejicano Carlos Pereyra, “habían ido a llevar la civilización a Paraguay. Esa civilización del cuchillo y del puñal, introducida por Mitre y por Sarmiento para terminar con la barbarie de los ferrocarriles, de los telégrafos, de la superación espiritual, moral e intelectual del pueblo paraguayo”.

El autor del Martín Fierro, José Hernández, sostuvo: “En nombre de la democracia, habéis atentado contra ella, pretendiendo imponer a otro pueblo nuestros principios, aunque ellos hablasen en nombre de los beneficios de una civilización que se anuncia con la muerte y la destrucción; en nombre de la independencia habéis conspirado contra la independencia de un pueblo... Decir que hemos ido a regenerar al Paraguay es decir que nos hemos despojado de la justicia y del derecho para cometer un atentado sin nombre... En presencia de los hechos que se han ido produciendo desde hace cuatro años, cómo se atreven todavía a sostener que el pueblo paraguayo es susceptible de ser regenerado si por regeneración se entiende aceptar dócilmente la dominación extranjera... Cómo puede llamarse guerra de regeneración para el Paraguay la que estamos sustentando arrebatando palmo a palmo del territorio y pasando adelante sólo sobre los cadáveres de sus defensores”, denunciaba.

Un millón de muertos después, librecambio mediante, Paraguay no volvió, nunca más, a ser la nación que en pleno siglo XIX contaba con analfabetismo cero y era la envidia de la Europa que preparaba la segunda revolución industrial.

Después vino el reparto de las tierras entre los representantes de las burguesías argentina, brasileña y uruguaya, siempre bajo la atenta contemplación inglesa.

Por eso, todo lo que hoy se lee de Paraguay siempre debe hacerse teniendo en cuenta aquel genocidio y la posterior dictadura de Stroessner para tamizar la información y pensar en la vida cotidiana de su pueblo. Y de los hijos del pueblo paraguayo.

De allí que adquiera una importancia notable la denuncia de un diputado brasileño.

“Una nueva norma a estudio del Congreso brasileño prolongaría el secreto de los archivos oficiales sobre la guerra de la Triple Alianza (de Argentina, Brasil y Uruguay) contra Paraguay (1864-1870), en la que este último país perdió territorios, informó el diputado federal Sergio Miranda. Miranda, del Partido Comunista de Brasil, informante del proyecto de ley sobre documentos secretos, reveló que el texto aprobado por la Cámara de Diputados, liberaliza algunos aspectos de la iniciativa propuesta por el Gobierno, pero establece mayores restricciones en otros casos. El proyecto, que pasó a consideración del Senado, deja en manos de la Comisión de Investigación y Análisis de Informaciones Secretas, dependiente de la Presidencia, la posibilidad de extender el plazo de reserva sobre documentos cuya divulgación pueda amenazar ‘la soberanía, la integridad territorial nacional o las relaciones internacionales del país’.

Los documentos sobre la Guerra del Paraguay y sobre la anexión del actual Estado de Acre, que permitieron la extensión territorial del Brasil, entrarían en esa categoría, admitió el diputado Miranda. Sin embargo, el legislador recordó que ‘solamente en tres casos la comisión podrá ampliar el secreto por más de 60 años’. El diario Folha de Sao Paulo informó que existen documentos que ‘relatarían un supuesto soborno durante la demarcación de fronteras al fin de la Guerra del Paraguay’.

"Esos documentos mostrarían que autoridades brasileñas y argentinas habrían 'comprado' árbitros para sustraer territorio de Paraguay al final de la guerra", añadió Folha. La decisión de sacar a la luz esos archivos depende de la Comisión de Investigación y Análisis de Informaciones Secretas, creada por el presidente Lula da Silva”, sostuvieron las fuentes periodísticas.

Los chicos paraguayos explotados sexualmente en la Argentina y en Brasil; los trabajadores paraguayos ninguneados en diferentes lugares de América del Sur; las selvas y los bosques arrasados por las grandes multinacionales de la madera y los empresarios sojeros argentinos; merecen la verdad histórica.

Porque los apóstoles del librecambio siguen su marcha triunfal no solamente sobre las mayorías paraguayas sino también sobre los pueblos de los otros rincones del barrio cósmico latinoamericano.

Fuente de datos: Diario Territorio Digital - Misiones 18-03-05

 


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