El mejor amigo del hombre

Por Sandra Russo

(APE).- La perra Reina se hizo famosa. Esa cocker negra de cara tristona no sólo no abandonó -según cuentan- al adolescente Nahuel González Canosa en los once días que estuvo perdido en los cañadones de las montañas de Bariloche, sino que su contacto físico fue vital para el chico: le dio calor, le hizo compañía y lo ayudó a sobrevivir.

Los cronistas televisivos, pobres, que siempre tienen que llenar el silencio con apreciaciones y comentarios que la mayoría de las veces podrían ahorrarse porque naufragan en la más llana pavada, fueron pródigos esta semana en elogios a Reina, la mejor amiga del hombre, la perra fiel, un animal leal, etcétera. La historia del salvataje de Nahuel, por otra parte, tuvo un gran despliegue porque fue por fin una buena noticia en un país azotado por informaciones catastróficas, y desde luego que el personaje de Reina le puso color y amor a esa historia. Las cámaras la buscaban, y ella posaba en su faceta de pichicho noble.

Bien: hay otros chicos que a su manera también están perdidos y tienen perros que se les acurrucan en el estómago cada noche. Algunos de estos chicos viven en el asentamiento El Pasero, de Chimbas. Chicos de entre 7 y 13 años. Tienen picaduras que parecen ronchas de mosquitos o de pulgas, pero son las marcas de la sarna. El municipio de Chimbas ya detectó diez casos. La sarna la genera un parásito que pasa de los perros a las personas, aunque en los perros se manifiesta de otra manera. Una vez que se desarrolló en el cuerpo humano, el simple contacto físico la transmite. El hacinamiento es una fuente de contagio casi insalvable cuando la sarna se declara.

El secretario de Desarrollo Social, Hugo Grosso, informó que en otros asentamientos de la región cuyana se está detectando la misma enfermedad: la ecuación es simple. En El Pasero no sucede nada que no esté pasando también en otros barrios de sus mismas características. Incluso hay familias que abandonaron sus casillas infectadas. La sarna no es grave, pero debe ser tratada y es enloquecedora para aquel que la padece. Produce una picazón que debe ser calmada hasta lastimarse.

Los primeros casos se descubrieron hace meses, pero no hubo tratamiento. El mal parece retroceder, pero reaparece y con más fuerza al cabo de semanas o meses. Los funcionarios de la región de Chimbas le echan la culpa a los perros abandonados. Cabe la duda. En todos los asentamientos hay muchos perros y no necesariamente abandonados. Son tradicionalmente los que aportan calor en las noches de invierno, son compañía. Igual que Reina lo fue para Nahuel, sólo que en estos barrios desangelados el hambre, el hacinamiento y la enfermedad impiden hasta que el perro sea el mejor amigo del hombre. ¿De eso también tendrán que privarse?

Fuente de datos: Diario de Cuyo - San Juan 12-01-05