Más resultados
Por Sandra Russo
(APE).- Hace ya más de veinte años, un grupo de pensadores italianos -sociólogos y semiólogos; entre ellos, Umberto Eco y Furio Colombo- reunieron en un libro una compilación de ensayos que tenían un denominador común: todos ellos vislumbraban un horizonte social y político que retrotraería el estado de las cosas a una “nueva edad media”, con señores amurallados y bárbaros sin nada que perder acechando las murallas. Muchos de los pronósticos se cumplieron, puntuales y exactos, no precisamente en los centros de poder, que cada vez tienen menos consistencia geográfica y más anonimato burocrático, sino en los territorios periféricos, donde, como también auguraban esos pensadores, vive la “población sacrificable”.
Un folleto del complejo Nordelta -un predio de 1.500 hectáreas en el partido de Tigre- no hace más que ejemplificar la “tendencia muralla”: se postula como el hábitat ideal para unas mil familias, y como la concreción del estilo de vida que comenzó a insinuarse hace ya una década en countries, barrios privados y clubes de campo. Además del confort y el lujo, que va de suyo, el emprendimiento promociona como una de sus principales virtudes la magnífica infraestructura que les permite, a sus habitantes, no tener que salir de ahí para absolutamente nada. Está próximo a inaugurarse un centro comercial de 9000 metros cuadrados que este fin de año supondrá incluso las compras navideñas podrán adquirirse a pocos metros de casa. Los chicos hace rato que no salen: hay tres escuelas de educación básica y media en el complejo. El sanatorio Otamendi de Las Lomas, en tanto, centralizará las historias clínicas de los vecinos. Para cargar nafta, tampoco hace falta irse hasta la ruta: Petrobrás instaló una estación de servicio “del lado de adentro”. Matías Terrizano, uno de los impulsores del megaemprendimiento, que aspira a ser “un pequeño Estado”, aventura incluso cómo podría desarrollarse la carrera inmobiliaria de uno de los chicos crecidos allí mismo: puede iniciarse con la compra de un dos ambientes del barrio Portezuelo, que vale 70.000 dólares, y progresar hasta llegar a propietario de una casa en el barrio del Golf, que vale en promedio 350.000 dólares.
Tomando como eje el postulado de los pensadores italianos, después de leer la “tendencia Nordelta”, uno se queda preguntándose: ¿qué le falta a este paisaje? Y se responde sin pensarlo demasiado: claro, los bárbaros. Porque siguiendo la lógica de la Edad Media, la muralla sólo existe si hay algo que proteger de alguien, y si el acceso a aquello que se quiere proteger no es libre.
Los datos sobre los bárbaros pueden extraerse del Boletín Estadístico del Instituto de Estudios y Formación de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Entre los principales índices de pobreza en la Argentina, se lee que en el primer semestre de 2004, las regiones más afectadas por la pobreza en el país son las del Noreste y Noroeste. En la primera, el 60,3% de los hogares son pobres y en el Noroeste, 56,4% lo son, mientras los hogares que están por debajo de la línea de indigencia son el 30,4% y el 24,5% respectivamente. La provincia de Buenos Aires concentra el 40,6% del total de pobres y el 38,3% del total de indigentes del país. Con respecto al hábitat, millones de argentinos viven en viviendas deficitarias (casillas de chapa y cartón, techos de zinc, bolsas de plástico, pisos de tierra, napas contaminadas, hacinamiento, falta de agua corriente, falta de cloacas, falta de recolección de basura). Muchas familias no tienen ni siquiera una cama donde dormir: viven en el piso.
Si algo marcó a la Edad Media fue el contraste social. Si algo parecieron ofrecer los Estados Modernos a cambio de la sujeción de todos sus ciudadanos a la ley centralizada, fue la nivelación. Si algo vuelve a surgir rabiosamente, es el contraste. Sin contraste, la muralla no tiene razón de ser.
Fuente de datos: Boletín Estadístico del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) - Septiembre 2004 / Diario Infobae 13-11-04
Suscribite al boletín semanal de la Agencia.
Fundación Pelota de Trapo nació hace décadas para abrigar de las múltiples intemperies a niñas y niños atravesados por diferentes historias de vulnerabilidad social.
Agencia Pelota de Trapo instala su palabra en una sociedad asimétrica, inequitativa, que dejó atrás a la mayoría de nuestros niños y donde los derechos inalienables de la persona humana solo se cumplen para unos pocos elegidos por la suerte